España se está llenando de personas que viven solas. La cifra de los que viven consigo mismos, ya sea por obligación o por gusto, no dejan de crecer desde hace décadas. Y subiendo…

El año pasado había en España 4,63 millones de personas que no convivían con nadie, una décima parte de la población total del país y una cuarta parte del total de de 18,4 millones de hogares patrios, según las últimas cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

[infogram id="hogares_y_poblacion_segun_tamano_del_hogar" prefix="yWQ" format="interactive" title="Hogares según el número de habitantes"]

El número de hogares total no deja de crecer en España, pero el de los que tienen un único ocupante lo hace a mayor ritmo. A principios de los noventa, apenas un 10% de los hogares españoles eran unipersonales. Con el nuevo siglo la proporción escalaba ya ligeramente por encima del 15%.

Y el año pasado los que viven solos copaban ya el 25,2% del total de viviendas ocupadas. De hecho, es el tipo de hogar que más creció en 2016, con un incremento del 1,2% (54.100 personas más), frente al 0,3% del conjunto de hogares nacionales.

Más mayores, más solos

Los que quieren ver el vaso (o el hogar) medio lleno, vinculan intuitivamente el número creciente de hogares de una sola persona con la recuperación económica. Una vez pasada la crisis -reza el argumento- cada vez más personas podrían permitirse independizarse o vivir solas en lugar de compartir piso por obligación.

Pero los datos, según los expertos, reflejan que las razones son más sociodemográficas que estrictamente económicas. Y es que el incremento del número de los que viven solos se produce muy fundamentalmente, y cada vez más, entre personas mayores. Los hogares con una sola persona crecieron el año pasado un 4% entre los mayores de 65 años, mientras que entre la juventud y la madurez sólo se incrementaron un 0,7%.

[infogram id="propension_a_vivir_solo_segun_sexo_y_edad" prefix="JDM" format="interactive" title="Propensión a vivir solo según sexo y edad"]

“Este fenómeno se debe en gran parte porque la esperanza de vida ha aumentado mucho. Los que más crecen son los hogares de edad avanzada, sobre todo viudas que ahora ya pueden vivir solas”, sostiene Florentino Felgueroso, profesor de Economía la Universidad de la Oviedo e investigador asociado del think tank Fedea.

La mayor parte de las mujeres que viven solas son viudas, el 47,5% del total Los hombres viudos representan solamente un 12,7% de los que viven solos, mientras que el 58,2% son solteros.

“Las mujeres mayores ya no viven en casa de sus hijos porque tienen pensiones que les permiten vivir solas”, sentencia Felgueroso. Y es que, mientras que en todos los grupos de edad desde los menores de 25 hasta los 65 años es sistemáticamente mayor la proporción de hombres que viven en soledad, en las edades más avanzadas son las mujeres las que muestran mayor propensión. El 39,6% de las mujeres de más 85 años viven solas y el 33,7% de las que están entre los 75 y los 84.

También cosa de jóvenes

La proliferación de hogares con un solo miembro es una tendencia que se asentó mucho antes en otros países desarrollados, y a la que España ha llegado relativamente tarde. “Los hogares unipersonales son un fenómeno más intenso en países anglosajones. Allí esta tendencia llegó mucho antes, mientras en España y otros países mediterráneos mantenían todavía una estructura familiar más tradicional”, explica Alejandro García, profesor de Sociología de la Universidad de Navarra.

“Antes los jóvenes se emancipaban para formar una familia, pero ahora lo hacen para alargar su juventud. Ya sea en pisos compartidos o viviendo solos si se lo pueden permitir”, apunta el sociólogo. “Hay un creciente individualismo, y eso influye en que cada vez haya más hogares unipersonales. Y, además, los jóvenes no terminan de lanzarse a la vida familiar o conyugal hasta que tienen un trabajo estable. Y como no hay trabajo tanto trabajo estable, el proyecto vital se va retrasando”.

El futuro pasa por un hogar para uno mismo. La tendencia creciente no parará. Las proyecciones que maneja el INE a medio plazo apuntan a que el número de hogares con un solo ocupante no dejará de crecer. Según sus previsiones, en 2031 serán 5,52 millones de personas que vivirán en soledad, un 28,6% de los casi 19,3 millones que en ese momento habrá en España.