La OPEP vuelve a revolucionar el mercado del petróleo. La pretensión de Arabia Saudí de extender el actual acuerdo de recorte de producción durante el segundo semestre de 2017 ha favorecido en los últimos días un notable repunte de los precios del crudo.

El barril de Brent superaba los 56,5 dólares, tras remontar un 7% en ocho jornadas consecutivas al alza. Se sitúa de este modo a menos de un 1% de sus niveles más elevados de los últimos veinte meses. También el petróleo Texas se anota cerca de un 7% desde el inicio de abril y se mueve a menos de un 1,5% de sus máximos desde el verano de 2015.

Esta remontada ha estado en gran medida auspiciada por las filtraciones de que miembros del gobierno saudita estarían urgiendo al resto de miembros de la OPEP a prolongar su actual pacto de contención de la oferta de crudo, que en principio estará vigente hasta junio. Las intenciones de Arabia Saudí, considerado, de facto, el líder de la organización, vienen a respaldar las de otros miembros, como Kuwait, que se han mostrado partidarios de ampliar los recortes.

Países como Arabia Saudí y Kuwait están dispuestos a prolongar los acuerdos

A la escalada del crudo también han ayudado las tensiones registradas en los últimos días en Oriente Medio, tras el bombardeo estadounidense de Siria. No obstante, como apunta Nitesh Shah, director de Estrategia de Materias Primas en ETF Securities, esta situación no varía las perspectivas de producción de corto plazo de Siria, un actor poco significativo en el mercado de crudo, y tampoco es previsible que suponga un lastre para la oferta desde países aliados a Siria, como Rusia o Irán.

Así, pues, la OPEP aparece como el único jugador capaz a corto plazo de hacer variar las perspectivas del petróleo.

Un acuerdo poco eficaz

El pasado noviembre, la principal organización de países productores de crudo acordó el primer recorte de la oferta en ocho años. Al acuerdo, al que se sumaron estados externos a la OPEP, como Rusia, tenía como objetivo reducir la producción en 1,8 millones de barriles al día durante el primer semestre de 2017, para combatir el exceso de oferta que había propiciado el hundimiento de los precios desde el verano de 2014.

La noticia fue recibida con optimismo por los inversores, motivando una notable escalada de los precios que se prolongó hasta los primeros compases del presente ejercicio. Sin embargo, la eficacia del pacto ha quedado en entredicho en las últimas semanas, a medida que los productores no convencionales de Estados Unidos (shale oil) han aprovechado la coyuntura para intensificar su actividad, manteniendo las reservas de crudo en niveles muy elevados.

Este martes, la Administración de Información Energética de Estados Unidos pronosticaba que en 2018 la producción de petróleo en el país se elevará hasta los 9,9 millones de barriles diarios, frente a los 9,22 millones actuales.

En este contexto, algunos países de la OPEP empiezan a considerar la conveniencia de extender los recortes para favorecer un reequilibrio entre la oferta y la demanda. "La OPEP sólo tiene que tener paciencia, porque los mercados se están reequilibrando", señaló Abhishek Deshpande, analista de energía de Natixis, en una entrevista con Bloomberg.

El riesgo de pérdida de cuota de mercado podría dificultar la extensión del acuerdo

Pero entre los expertos también hay quienes miran con escepticismo esta posibilidad. "La extensión de los recortes de suministro supone ampliar una estrategia que ha tenido menos éxito de lo esperado", indica Norbert Rücker, jefe de análisis Macroeconómico y de Materias Primas en Julius Baer. En su opinión, "con los niveles globales y, particularmente, norteamericanos de almacenamiento de petróleo permaneciendo obstinadamente altos, es cada vez más evidente que el acuerdo temporal sobre el suministro no reducirá el superávit de petróleo tan rápido como se esperaba".

Además, como observa Hans van Cleef, economista de energía de ABN Amro, dentro de la propia OPEP y el resto de países firmantes del acuerdo podrían surgir discrepancias sobre la conveniencia de extender los recortes. "La mayor producción de petróleo en Estados Unidos y los inventarios de crudo estadounidense persistentemente altos resultan en un desplazamiento de cuota de mercado desde la OPEP a los productores de petróleo no pertenecientes a la OPEP (principalmente a los estadounidenses). Además, esta situación crea un techo en los precios del petróleo". Por esa razón, considera, "el riesgo de que la OPEP no expanda su acuerdo ha aumentado, a pesar de los posibles efectos negativos sobre los precios del petróleo".

En su opinión, aún se puede esperar que el debilitamiento del dólar y la extensión de los recortes de producción ofrezcan un apoyo a los precios del petróleo durante la segunda mitad de 2017. Sin embargo, "si la OPEP decide adoptar una estrategia para recuperar algo de su cuota de mercado perdida" ante los productores estadounidenses "una caída significativa de los precios del petróleo -comparable con la situación entre 2014 y 2015- estará en las cartas".