El Banco de España asegura que Popular es solvente, cumple con todos los ratios regulatorios y su situación dista de acercarse a la quiebra, explican a El Independiente fuentes cercanas al regulador del sistema financiero.

El banco que preside desde el pasado 20 de febrero Emilio Saracho acaba de enviar un hecho relevante a la CNMV, en referencia a informaciones aparecidas en los medios, en el que desmiente categóricamente que se haya encargado su venta urgente, que exista un riesgo de quiebra y que el presidente haya comunicado a otras entidades financieras la necesidad inminente de fondos ante una fuga masiva de depósitos.

Los rumores en torno a una posible venta de la entidad, ante la grave situación que atraviesa, han hecho que sus acciones se desplomen hoy un 6,64%, tras haberse disparado un 27% en las últimas cinco sesiones de bolsa.

En el sector financiero apuntan que "una cosa es que el banco contemple más pérdidas, necesite capital y, ante la dificultad de acudir al mercado, se vea forzado a protagonizar una operación corporativa, y otra que el banco vaya a quebrar.

Entre las recientes informaciones en torno a Popular, El Confidencial publica que Saracho ha encargado a JPMorgan y a Lazard la venta urgente del grupo ante su inminente quiebra por la salida de depósitos.

Los dos bancos que suenan más en las quinielas para hacerse con la entidad son BBVA y Santander. El presidente de BBVA, Francisco González y Ángel Ron, expresidente de Popular, coquetearon en varias ocasiones con la idea de integrar sus negocios. BBVA, de hecho, hizo sus números y lanzó su última oferta la tercera semana del pasado mes de noviembre. Valoró Popular en torno a 6.500 millones de euros y estaba dispuesto a desembolsar entre 5.500 y 6.000 millones, asumiendo que la operación generaría sinergias por valor de unos 3.000 millones de euros.

Los presidentes de ambos bancos habían mantenido reuniones previas en julio y octubre, antes de la señalada en noviembre. González llegó a ofrecer a Ron la vicepresidencia del grupo resultante, pero la operación no cuajó. El Consejo de Popular y el propio Ron han defendido siempre la idea de un banco independiente, pese a la debilidad de la entidad, lastrada por activos tóxicos inmobiliarios.