Emilio Saracho, presidente de Popular, ha cancelado la reunión que tenía prevista con el BCE en Fráncfort a la que iba a acudir acompañado por el consejero delegado del grupo, Ignacio Sánchez-Asiaín, según confirman a El Independiente fuentes próximas a los reguladores.
El encuentro entre los directivos y el regulador europeo estaba fijado desde hace tiempo y era de carácter rutinario, señalan las mismas fuentes. Ante las crecientes dudas sobre la viabilidad del banco, la cúpula ha optado por quedarse en Madrid para seguir trabajando en vías para salvar Popular.
La compra del grupo por parte de una entidad con músculo suficiente para absorber las pérdidas derivadas de sus activos tóxicos -valorados en 36.000 millones de euros- es la opción que cobra más fuerza, pero no está exenta de dificultades. Santander, BBVA y Bankia suenan en las quinielas como favoritos, pero en el sector subrayan que "las cuentas no salen, si el Gobierno no ofrece ciertas garantías".
En cualquier caso, Popular mantiene que permanecen abiertas otras opciones como la ejecución de una nueva ampliación de capital, al tiempo que se siguen vendiendo activos no estratégicos para generar capital de forma orgánica.
Hasta la fecha, el banco ha acordado la venta de su negocio de consumo y su participación en Targobank. La desinversión en su banco americano, Total Bank, estaría a punto de concretarse, a falta de que se cierren los últimos flecos. La otra gran operación sería la venta de su participación en la filial de tarjetas, WiZink, uno de los negocios más rentables del grupo.
En el mercado cuestionan la estrategia de Saracho, presidente desde el pasado 20 de febrero, en sustitución de Ángel Ron. El ex alto directivo de JP Morgan le hizo saber a Ron, en una de sus primeras reuniones, que la acción de Popular estaba "muy alta”. A mediados de febrero los títulos cotizaban a 0,85 euros. Ahora valen menos de 0,40 euros, lo que sitúa su capitalización en menos de 1.400 millones.
Golpe a accionistas y bonistas
Las dudas en torno al futuro del banco están golpeando a los inversores en bolsa y en deuda. Las acciones del banco han abierto este martes sin un rumbo definido, tras dejarse más de un 50% de su valor en las últimas siete sesiones. Los títulos del banco están en mínimos históricos.
Las dos emisiones de Cocos (bonos convertibles contingentes) de Popular, que fluctúan en el mercado por importe de 1.250 millones, han perdido en el último mes casi el 50% de su valor y también cotizan en los niveles más bajos de su historia.
Mientras, los bonos de deuda subordinada, cuyo saldo se eleva a 358 millones, se han dejado entre el 20% y el 30% en las últimas semanas.
También los CDS (credit default swaps), seguros que cubren el riesgo de impago de un bono, se han disparado, duplicando su precio en apenas dos semanas.
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