Irán empieza a recibir inversores occidentales para reflotar su sector energético. La petrolera francesa Total ultima un acuerdo definitivo con Teherán para invertir 1.000 millones de dólares para empezar a explotar, junto a la china CNPC y la iraní Petropars (que aportarían otros 1.000 millones más), un gigantesco yacimiento de gas en aguas marinas.

Se trataría del primer acuerdo real –no declaraciones de intenciones- que Irán sella con una compañía occidental desde el levantamiento de las sanciones internacionales el año pasado, tras el acuerdo con las potencias internacionales para poner freno a  su programa nuclear. Un primer contrato con el que Irán pretende reimpulsar la explotación de sus hidrocarburos de la mano de socios internacionales.

Total, que era de uno de los grandes inversores internacionales en suelo iraní antes de las sanciones impuestas en 2006, ya había firmado un principio de acuerdo con China National Petroleum Corp (CNPC) y Petropars para desarrollar un megaproyecto gasista con inversiones de 4.800 millones de dólares.

Al menos una primera fase del acuerdo echar a andar con carácter inmediato con una inversión prevista de unos 2.000 millones. Total asumirá un 50,1% de esa inversión, mientras que CNPC participara con un 30% y la iraní Petropars con el 19,9% restante.

El acuerdo, no obstante, llega después de que Estados Unidos haya amenazado con cancelar el levantamiento de las sanciones si constata que Teherán no está cumpliendo con su compromiso de bloquear el programa nuclear.

“Vale la pena asumir el riesgo de 1.000 millones de dólares porque sirve para abrir un mercado enorme”, ha dicho el consejero delegado de Total, Patrick Pouyanne, confirmando así en declaraciones a Reuters que el acuerdo definitivo es inminente. “Somos perfectamente conscientes de que existen riesgos (…) La exención de las sanciones deben ser renovadas por EEUU cada seis u ocho meses. Debemos vivir con cierta incertidumbre”.