La Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria, más conocida como Sareb pero también como banco malo, recibió el encargo en 2012 de vender 200.000 activos inmobiliarios valorados en teoría en algo más de 50.000 millones de euros. Y en ese pack, que tiene que ser liquidado en 2027 -año en que desaparecerá Sareb-, había distintos tipos de productos. Uno de ellos son las obras inacabadas, esto es, los esqueletos que el banco malo tiene por misión finalizar o vender tal como están.

Estos cascarones están repartidos por toda la geografía y proceden de aquellas promociones que las constructoras no pudieron terminar por falta de liquidez y que acabaron intoxicando el balance de los bancos. "Recibimos unas 600 obras sin finalizar que se gestionan directamente desde Sareb", señalan portavoces de la sociedad. "Desde 2014 hasta el cierre del primer trimestre de 2017 habíamos aprobado la finalización de 90 obras que suponían un total de cerca de 2.300 viviendas".

En otras palabras, Sareb ha terminado de construir un 15% de la obra inacabada que recibió al inicio, quedando los esqueletos del 85% restante. Las viviendas comprendidas en las 600 promociones no terminadas que recibió Sareb [ahora 510] ascienden a 15.000. Por lo que el número de casas que quedan por acabar oscila entre 12.000 y 13.000: "Tampoco se puede hacer una regla de tres", explican en el banco malo, "dado que no todas las obras tienen el mismo número de viviendas. Las hay más grandes, más pequeñas. No es lo mismo un proyecto de seis viviendas que uno de 80...".

'Ciudad fantasma' de Buniel (Burgos): 1.600 viviendas sin terminar para un pueblo que cuenta con 500 habitantes.

'Ciudad fantasma' de Buniel (Burgos): 1.600 viviendas sin terminar para un pueblo que cuenta con 500 habitantes.

Hay casos paradigmáticos, como el de Buniel, un pueblo del extrarradio de Burgos. Para un pueblo de 500 vecinos se proyectó un complejo residencial de 1.600 viviendas, esto es, la población del municipio burgalés multiplicada por tres. Pertenecían a la promotora Martinsa-Fadesa, todo un símbolo en España al ser la primera constructora grande en quebrar, en los prolegómenos de la crisis. La Sareb absorbió las viviendas después. Hoy es una ciudad fantasma llena de cimientos y estructuras a medio construir.

Estado de lo que iba a ser Royal Park New Manantial, en Orihuela (Alicante): un resort de lujo del que solo existen los cimientos.

Estado de lo que iba a ser Royal Park New Manantial, en Orihuela (Alicante): un resort de lujo del que solo existen los cimientos.

La Sareb también vende obras sin terminar, hasta una veintena según datos de la empresa, que está participada en un 55% por inversores privados y en un 45% por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). ¿Quién las compra? "Promotoras, constructoras y gestoras de cooperativas principalmente", explican en la sociedad. "El inversor tiene un perfil muy concreto, similar al del inversor interesado en suelos para promocionar. Empresarios locales, que conocen muy bien las características de los inmuebles en venta en su zona y el mercado en el que operan".

No es fácil localizar estos inmuebles. Una de las múltiples webs de Sareb, obraparadasareb.com, anuncia ofertas regularmente. También ayuda el mapeo que trazó en su día la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) y llamada La Sareb Es Nuestra. Otra manera es consultar la prensa local. "En su momento diseñamos un mecanismo que protegiera esta clase de viviendas, ya que el riesgo de que las casas sin terminar fuesen okupadas existía", cuentan fuentes de la sociedad.

Obra parada en Ayamonte (Huelva) que Sareb vende actualmente.

Obra parada en Ayamonte (Huelva) que Sareb vende actualmente. SAREB

Hay toda clase de viviendas: desde resorts, como el lujoso Royal Park New Manantial, en Orihuela, un proyecto que habría desaparecido con la crisis si no fuera por el esqueleto que hay en uno de los solares de la localidad alicantina. La mayoría son apartamentos residenciales, pero igualmente se ven hoteles, etcétera.

Hubo un plan para derribar aquellas viviendas inacabadas por las que nadie apostaba, según reveló 20 minutos el año pasado. Pero esta solución fue abortada por Sareb en silencio, optando por mantener los cascarones en lugar de demolerlos, como sí hizo, por ejemplo, el banco malo irlandés en su momento. La última promoción de casas terminadas que habían llegado a la empresa con el esqueleto fue lanzada en otoño del año pasado, cuando se pusieron a punto 1.300 viviendas a través de la web Sareb Casas de Estreno.