El primer verano sin roaming ha tenido el efecto esperado: un crecimiento disparado del uso de sus teléfonos móviles por parte de los turistas europeos durante sus viajes. La Unión Europea puso fin el pasado 15 de junio al sobrecoste que cobraban las operadoras de telecomunicaciones a sus clientes por llamadas, mensajes o, sobre todo, la conexión a internet en otro país. Desde entonces, la tarifa que los clientes por una llamada o por conectarse a su Whatsapp será la misma fuera y dentro de su país. No hay coste adicional.

Las operadoras empiezan a hacer balance del impacto de la medida en sus redes durante este verano, que en el caso de España es especialmente relevante por tratarse de una potencia del turismo internacional. Orange ha desvelado que el tráfico de datos de viajeros extranjeros en su red española se disparó alrededor de un 400% durante el verano.

Las previsiones de la compañía ya auguraban que el consumo total de datos móviles podrían multiplicarse por cinco durante la temporada alta veraniega. En el caso de los destinos con alta concentración de turistas (Baleares y la costa mediterránea, singularmente), el consumo incluso se ha llegado a multiplicar por diez.

Y la operadora ya se había preparado para ello, con un plan de inversiones de 21,4 millones de euros para reforzar sus redes y así pudieran soportar el incremento de la actividad en las zonas de gran afluencia turística.

Orange ha ingresado más por el consumo de los turistas extranjeros en España (roaming in) que el coste que ha tenido que asumir por el consumo que ha hecho sus clientes que han viajado a otros países europeos (roaming out), según ha confirmado el consejero delegado de la filial española, Laurent Pallaissot.

Sin embargo, este impacto neto positivos entre ingresos y gastos adicionales, se ha esfumado precisamente por las inversiones extraordinarias que Orange ha tenido que realizar para adecuar sus redes al mayor tráfico previsto, según fuentes del grupo.