Fraude en las entradas para las fiestas de la Nochevieja y control en la venta de petardo a niños. Estos son dos de los planes navideños por excelencia que están bajo la lupa de las asociaciones de consumidores, en permanente alerta por los incumplimientos en ambos casos.

Así, la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU) ha recordado a los consumidores que, de cara a las celebraciones de Nochevieja, estén atentos al posible fraude de algunas ventas de entradas para las fiestas de Fin de Año. La organización ha señalado que comprar las entradas a través de los carteles o panfletos que se suelen encontrar en la calle puede derivar en fraude y ha recomendado acudir a los canales oficiales de venta donde, aseguran, aparecerá la oferta y los precios de forma transparente.

Además, ha destacado que el local que quiera realizar una fiesta de fin de año y que normalmente no se dedique a este tipo de actividades debe contar con una autorización administrativa, algo que normalmente puede ser consultado en el ayuntamiento del municipio, según informa Europa Press.

La CECU apunta que las empresas organizadoras deben contar con un seguro de responsabilidad civil y garantizar que el local cumple con las pertinentes medidas de seguridad contra incendios y con un plan de emergencias. Asimismo, no se debe superar el aforo máximo permitido y recomiendan que, en caso de que esto pueda estar sucediendo, se debe avisar a la policía para evitar males mayores.

También, han recordado a los usuarios que pueden exigir que se cumpla lo que se diga en la publicidad, sobre todo en cuanto a los precios, ya que tiene valor contractual. En este sentido, aseguran que es fundamental guardarla junto al ticket o factura de la compra de la entrada, por si es necesario reclamar. Los locales deben tener en lugar visible la lista de precios y a disposición del público las hojas de reclamaciones oficiales. Para plantear la reclamación recomiendan pedir los datos de testigos y conservar la publicidad y las entradas, realizando la reclamación en ese mismo momento para dejar constancia por escrito de nuestra presencia en la fiesta.

FACUA exige controles exhaustivos sobre la edad mínima a partir de la cual pueden ser adquiridos los petardos: 12, 16 o 18 años

Por otro lado, -a asociación FACUA-Consumidores en Acción ha pedido a comunidades autónomas y ayuntamientos que desarrollen inspecciones para detectar establecimientos que venden artículos de pirotecnia a niños por debajo de las edades establecidas en la normativa que regula el uso en función de su peligrosidad. La petición se ha producido tras el accidente en Jaén la pasada madrugada del día 25 de diciembre en el que un niño de 13 años sufrió la amputación de la mano izquierda al explotarle un petardo que trataba de encender.

FACUA ha instado a las administraciones que apliquen sanciones económicas y clausuren aquellos establecimientos que comercialicen artículos pirotécnicos a menores que no tengan las edades mínimas fijadas en el Reglamento de artículos pirotécnicos y cartuchería.

Además, la organización ha exigido controles exhaustivos sobre los fabricantes de pirotecnia a fin de verificar que cumplen sus obligaciones en el etiquetado. Éste debe indicar, entre otros datos, la edad mínima a partir de la cuál pueden ser adquiridos: 12, 16 o 18 años, en función del nivel de peligrosidad de estos artículos, según establece el artículo 114 del citado Real Decreto.

FACUA ha señalado que los artículos de pirotecnia que pueden ser adquiridos a partir de 12 años, de la categoría F1, son de muy baja peligrosidad y nivel de ruido insignificante, destinados a ser usados en zonas delitmitadas, incluido el interior de edificios residenciales.

Aquellos de categoría F2 pueden venderse a niños a partir de 16 años, son de baja peligrosidad y bajo nivel de ruido y están destinados a usarse al aire libre en zonas delimitadas.

Los artificios de pirotecnia de peligrosidad media, categoría F3, sólo pueden venderse a mayores de 18 años y únicamente pueden usarse al aire libre en zonas de gran superficie. Los de alta peligrosidad, F4, están destinados al uso por parte de expertos, a nivel profesional.

Por último, la organización ha apelado a la responsabilidad de los padres en el control sobre el uso de petardos por parte de los niños, pues según han asegurado, los adultos pueden comprobar si éstos son adecuados a la edad de los menores con una mera revisión de su etiquetado.