La inflación en Venezuela avanza desbocada. El país cerró 2017 con una tasa de inflación acumulada del 2.616%, según cifras reveladas este lunes por la Asamblea Nacional (Parlamento), que estima en un 85% la inflación generada en el mes de diciembre.

Este notable repunte de los precios, sin parangón a nivel mundial, representan un golpe de enorme calado para el poder adquisitivo de las familias venezolanas, que ven cómo sus bolívares pierden valor casi cada minuto.

Para hacer frente a esta situación, el Gobierno que preside Nicolás Maduro ha ejecutado en los últimos tiempos sucesivas subidas del salario mínimo en el país. La última, anunciada el 31 de diciembre, supone un incremento salarial de hasta el 40%, que también está previsto que se aplique a las pensiones.

Sin embargo, el alza incontrolada de los precios en el país parece hacer baldío cualquier esfuerzo en este sentido. "No hay aumento de salario que pueda combatir esta situación", dijo durante la presentación de los datos Rafael Guzmán, de la Comisión de Finanzas del Parlamento, el único poder del Estado en manos de la oposición, en alusión a los constantes aumentos salariales con los que el Gobierno trata de contrarrestar la explosión de precios.

"Somos el único país en hiperinflación (inflación de más del 50%) del mundo", afirmó el diputado opositor.

Según datos ofrecidos recientemente por la CNN, el coste de los productos básicos en Venezuela se ha incrementado de forma dramática en los últimos meses, provocando que productos como el sirope Aunt Jemima o el Café Illy alcancen precios equivalentes a todo el salario mínimo de un mes.

El Parlamento venezolano es la única institución oficial que publica cifras de inflación, después de que el Banco Central dejara de ofrecer números sobre este y otros indicadores económicos en 2015.

Las dificultades económicas que atraviesa Venezuela, agudizadas por la crisis que ha golpeado al negocio petrolero en los últimos años y las sanciones financieras impuestas por Estados Unidos, se han reflejado en los últimos tiempos en forma de desabastecimiento de productos básicos y una creciente conflictividad política y social. El país ha sido situado al borde de la bancarrota por las principales agencias de rating.

Para paliar esta situación y combatir la continua depreciación de su moneda, el bolívar, el gobierno de Maduro ha ensayado distintas soluciones, la última de las cuales ha sido la creación de una criptodivisa, el petro, en cuya puesta en marcha se encuentra trabajando.

Los expertos son escépticos con las perspectivas de esta moneda virtual. "Incluso si el Gobierno (de Venezuela) fuera capaz de establecer una moneda virtual, no creemos que los partícipes del mercado se sintieran suficientemente confiados de que el Gobierno la gestionase fiel y transparentemente, lo que limitaría su voluntad de comprar o realizar transacciones en petro", señalaban recientemente los analistas de la agencia Moody's.