Hace justo un año, Cataluña se las prometía muy felices en cuanto a creación de empresas: un aumento del 16,4% en 2016 frente a la Comunidad de Madrid, que se estancaba un 0,0%. En este tiempo, se han producido (entre otras cosas) una declaración de independencia unilateral (DUI), el encarcelamiento de líderes políticos catalanes (como Oriol Junqueras), la huida a Bélgica de la Justicia española del ex president Carles Puigdemont, un referéndum declarado ilegal que se celebró y terminó a palos y el cambio de sede social de las principales empresas del país que estaban en Barcelona.

La constitución de empresas catalana no ha sido ajena ha ese ajetreo: de acuerdo con la Estadística Mercantil anual relativo al último ejercicio, la creación de sociedades se ha hundido un 15,03% y en Madrid ha despegado tímidamente un 2,68%. Una vuelta de tuerca que asombra, sobre todo del lado catalán: de liderar la creación de empresas en 2016 ha caer el doble que la media española (-7,22%).

Racha frenada

El descenso rompe una racha de siete años consecutivos al alza. Pero según los registradores, esto no se debe forzosamente a la vuelta de la crisis. Precisamente, porque ya se crearon bastantes los últimos años y porque hay un aumento en otro índice, el de la formación bruta de capital fijo -la inversión empresarial- un 5,4%. Es decir, las firmas ya existentes invierten más en sí mismas.

"Si la inversión aumenta y el número de constituciones no lo hace", reza la nota de prensa del Colegio de Registradores, "este crecimiento es debido al mayor esfuerzo inversor de las empresas ya existentes, bien sea para cubrir una mayor demanda o por las expectativas positivas sobre el ciclo económico".

En cuanto a comunidades donde la creación de empresas se ha hundido más que Cataluña aparecen tres con una renta per cápita notable en España: La Rioja (-30%), Cantabria (-24%) y Aragón (-22%). Por sectores, el que más empresas creó fue el inmobiliario.