Los secretarios generales de CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, acudían a primera hora de la mañana a la tradicional rueda de prensa previa a la manifestación central del Primero de Mayo en Madrid vistiendo pañuelos morados, el color de la oleada feministas que estalló en España con la huelga del 8 de marzo y que ha revivido tras la polémica sentencia contra ‘La Manada’.

Esta puesta en escena plantea un Primero de Mayo diferente, no solo porque coincide con el 40 aniversario de la primera manifestación legal con motivo del Día del Trabajo, sino por la visible voluntad de los sindicatos de revalidar su protagonismo en los grandes debates sociales.

Lo ha dejado claro el líder de UGT, al ser preguntado por su supuesta pérdida de cuota en las movilizaciones y en la calle: “Hay un interés especial en cuestionar el papel de los sindicatos y espero de los trabajadores el mismo interés en impulsar a los sindicatos. Creo que tenemos que mirarnos poco por dentro y trabajar mucho con los problemas de los trabajadores”, ha dicho.

Por ello, los sindicatos han querido poner a la vanguardia en las movilizaciones convocadas en unas 70 ciudades españolas los grandes debates sociales de estos días, en especial, el de la igualdad salarial entre hombres y mujeres; y han dejado de lado las críticas tras su participación en la última gran manifestación en Cataluña de la mano de los independentistas.

Al respecto, Álvarez ha declarado que, de cara a la manifestación de este martes en Barcelona, “la única cuestión que me hace dudar de la afluencia a esa manifestación es la lluvia”, ha dicho.

Reivindican la calle a favor de los salarios

Sin embargo, a la hora de los discursos, los líderes sindicales han tratado de tocar muy diversas cuestiones laborales, sin abordar a fondo las brechas de género. Así que, más que volcarse, los sindicatos han teñido de morado este Primero de Mayo.

Sordo ha tomado la palabra para partir del discurso natural de los sindicatos, y plantear que CCOO y UGT quieren dar un impulso decidido a la movilización social para lograr que la recuperación económica llegue a los bolsillos de los ciudadanos.

Movilizaciones contra el Gobierno, pero también contra la patronal, a la que ha acusado de “bloquear” la negociación salarial perpetuando la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, especialmente los de las rentas más bajas.

“Punto de inflexión”, ha sido la expresión utilizada tanto por Sordo como por Álvarez, para explicar la intención de los sindicatos de “rehacer el contrato social” para que las rentas se distribuyan de manera equitativa.

“La lucha contra la precariedad es igual a la lucha contra la desigualdad”, ha añadido Sordo, para dar entrada de algún modo el discurso feminista de los sindicatos. Asimismo, el secretario general de UGT en Madrid, José Luis López Reillo, ha llamado a acelerar la puesta en marcha de una Ley de Igualdad salarial.

¿La respuesta al 8M es la sentencia de ‘La Manada’?

Ha sido Álvarez el que, aunque de pasada, ha descrito las movilizaciones del Día del Trabajo como “un Primero de Mayo feminista, juvenil y pensionista”.

Por su parte, el secretario general de CCOO en Madrid, Jaime Cedrún, ha afirmado que la intención de los sindicatos es “darle un color violeta al Primero de Mayo, después de un 8 de marzo histórico”.

No se ha dado una respuesta al 8M a menos que se entienda como tal la sentencia de ‘La Manada’”, ha añadido.

Pacto por las pensiones

Por otro lado, Sordo ha llamado a cerrar un pacto por las pensiones que garanticen su suficiencia futura, en lugar del pacto para “congelar” la reforma de las pensiones suscrito por el Gobierno y el PNV.

Por su parte, Álvarez ha considerado “insuficiente” el establecimiento de una tasa a las grandes multinacionales tecnológicas, como ha planteado el Gobierno a Bruselas, para pagar una subida parcial de las pensiones.

Tras exponer todos estos argumentos, Álvarez y Sordo han avisado de que los sindicatos emprenderán una estrategia de “movilizaciones crecientes” si no hay subidas salariales que repartan de manera más justa la recuperación entre las rentas de las empresas y las de los trabajadores; no se dan avances para cerrar la brecha salarial entre hombres y mujeres; y se cierra un gran pacto que blinde el poder adquisitivo de los pensionistas a futuro.

“Si no hay reparto habrá conflicto”, ha resumido Sordo.