Cuando te preguntan qué quieres ser de mayor, las respuestas más comunes suelen ser las de astronauta, científico, explorador o cantante. Sin embargo, con el paso de los años te encuentras con la difícil decisión de poner los pies en la tierra y elegir una profesión o carrera, con el problema añadido de que hoy en día estudiar lo que te gusta no es suficiente en muchos casos: desempleo, bajos salarios, contratos temporales… y un sinfín de problemas presentes a la hora de plantar cara a tu futuro profesional.

No obstante, hay una alternativa que pocas personas contemplan: escoger una ocupación que nadie más quiere, en la que no te encuentres competencia aunque las tareas que se realicen no sean las que siempre has soñado por la excentricidad, complejidad, responsabilidad o peligrosidad que conllevan. No obstante, si lo que se busca es ganar dinero, estas profesiones son, sin duda, serias opciones por las que apostar.

  1. Escritor técnico. Escribir documentos procedimentales y manuales o guías para la operación de equipos no es una tarea que esté en los sueños de mucha gente. Sin embargo, la demanda de escritores técnicos es cada vez más elevada, dado que, por ejemplo, cada vez que se desarrolla una aplicación o producto software se necesita información sobre su uso. Actualmente, demandan estos perfiles todo tipo de compañías, desde la industria farmacéutica hasta compañías de tecnologías o de servicios financieros. Pese a no ser el trabajo más divertido del mundo, los 63.671 euros anuales que cobran de media estos profesionales seguro que animan a cualquiera.
  2. Mecánicos y reparadores de equipos electrónicos. El rango medio salarial de esta profesión, -que varía en función de cada rama- se sitúa entre los 18.000 y los 30.000 euros anuales. Las tareas a realizar requieren bastante especialización y es muy común que se pidan conocimientos de autómatas, mecánica, hidráulica y neumática, así como la interpretación de esquemas electrónicos. En determinadas ocasiones se requiere, además, Ingeniería Electrónica Técnica o Superior. Estos profesionales se dedican desde a la instalación de microsistemas hasta la reparación de receptores de radio y televisión, pasando por el mantenimiento de máquinas tragaperras o de instrumentos musicales.  La complejidad técnica e incluso el desconocimiento de estas ocupaciones motiva en muchas ocasiones la falta de demanda.
  3. Sexador de pollos. Se trata de una de las profesiones con mayor déficit de trabajadores, a pesar de que en Reino Unido puedes llegar a ganar unos 54.000 euros anuales por separar pollitos en machos y hembras, un trabajo que, a priori, parece sencillo. Nada más lejos de la realidad. La falta de profesionales se explica primero por el desconocimiento de dicha ocupación, y segundo por el hecho de tener que pasar por una formación de tres años para trabajar 12 horas al día separando unos 1.000 pollitos a la hora en función de su sexo, con apenas cuatro segundos para distinguir uno y otro y con un margen de error del 2%. Eso sí, en España es mejor dedicarse a otra cosa, puesto que dentro de nuestras fronteras el salario medio supera por poco los 1.000 euros.
  4. Trabajador en planta petrolífera. Con la subida del mercurio, el deseo de muchos españoles es el de cambiar tierra firme por el mar, mientras que la plantilla de una plataforma petrolífera busca, irónicamente, hacer justamente lo contrario. Y es que un puesto para trabajar 12 horas diarias en una plataforma en alta mar, alejado de tus seres queridos durante largos períodos de tiempo, y rodeado únicamente por maquinaria pesada y agua no es una ocupación que genere demasiada envidia. Lo que sí resulta envidiable son sus salarios. Por ejemplo, un peón de mantenimiento puede llegar a cobrar unos 30.000 euros anuales -en función de la planta y la compañía-. Además, puestos como los de soldador, pintor o electricista en este mismo departamento pueden percibir entre 35.000 y 50.000 euros anuales. Incluso un camarero con experiencia previa en tierra firme puede optar a unos 27.000 euros al año. Sin embargo, trabajar en una planta de petróleo no es tarea fácil, ya que son necesarias exigentes pruebas físicas -en función del puesto- y sobre todo psíquicas. Asimismo, son imprescindibles los entrenamientos de supervivencia y, una vez dentro, periódicos simulacros de emergencia. No obstante, una vez finalizada la jornada laboral, los trabajadores pueden relajarse en zonas de ocio, ya que las plantas más modernas ya cuentan con gimnasio, salas de videojuegos e, incluso, salas de cine.
  5. Limpiacristales en altura. Tener vértigo no es una opción para estos operarios. Y es que realizar tu trabajo a cientos de metros de altura colgado de unos arnés o sobre una plataforma metálica no son unas condiciones laborales por las que demasiada gente se pelee por conseguir. Por ello se da la coincidencia de que la mayoría de estos profesionales son grandes aficionados a los deportes de altura. Tienen prohibido operar en días de fuertes vientos o lluvias, se someten a todo tipo de pruebas físicas para la prevención de riesgos  y cuentan con avanzados sistemas de seguridad para evitar accidentes. A pesar del plus de peligrosidad, el sueldo medio no es demasiado elevado, y se sitúa en torno a los 1.500 euros mensuales.
  6. Exterminador de plagas. Sólo las personas poco aprensivas y con mucho estómago aceptarían un tipo de oferta en que el entorno de trabajo está diariamente relacionado con colonias de cucarachas, ratas, avispas y un sinfín de insectos más, por lo que los interesados que reúnan las aptitudes necesarias para el puesto no contarán con demasiada competencia. Lo que no resulta tan desagradable son los 1.500 euros al mes que cobran de media estos profesionales.
  7. Controlador aéreo. Se trata de una profesión necesitada de efectivos a día de hoy, más aún con el previsible aumento del tráfico aéreo en torno a un 9%. A los requisitos de una formación de al menos 18 meses, visión perfecta, agilidad mental o resistencia al estrés se le suma el plus de responsabilidad que implica dirigir el tráfico aéreo. Sin embargo, el descenso de controladores en España -un 10% entre 2006 y 2016- y la falta de demanda en el sector tiene un motivo fundamental: para acceder a la profesión deberás contar, además de con todas las condiciones anteriores, con unos 75.000 euros -en caso de querer ser controlador de radar- o con unos 30.000 euros -en caso de controladores de torre- para superar los cursos de formación que ofrecen las escuelas privadas, un servicio que ha dejado de ser gratuito en España desde 2010 y que ni tan si quiera garantiza superar las pruebas. Eso sí, si se cumplen todos los requerimientos, incluido el económico, el profesional cobrará una media de 102.992 euros anuales.
  8. Tanatopractor. Sueldo de 2.000 euros mensuales, con una formación no demasiado complicada y en un sector donde el trabajo está asegurado suena bastante bien. Pero si se trata de desinfectar, embalsamar y maquillar a un fallecido para que se encuentre en condiciones óptimas, la situación cambia bastante. Ser tanatopractor requiere una buena preparación psicológica y una gran capacidad para tratar cuerpos que han sufrido accidentes o enfermedades, además de flexibilidad horaria, puesto que al menos varios días a la semana el profesional debe estar de guardia y afrontar trabajos inesperados.