Economía | Pensiones

El Fondo de Reserva de la Seguridad Social registró en 2017 su peor resultado en 15 años

El rendimiento neto de los activos del fondo se situó el año pasado en 173 millones, un 93,5% menos que el año anterior

El Fondo de Reserva de la Seguridad Social registró en 2017 su peor resultado en 15 años.
Edificio de la Tesorería General de la Seguridad Social. | EFE

El Fondo de Reserva de la Seguridad Social se desinfla. El mecanismo que ha servido en los últimos años como herramienta de último recurso para hacer frente a la creciente factura de las pensiones públicas presenta un escenario preocupante a cierre de 2017.

No se trata únicamente de que su tamaño haya menguado de forma considerable desde los 66.815 millones de euros que acumulaba en 2011 hasta los poco más de 8.000 millones del cierre del pasado ejercicio. Sino también que su capacidad para generar nuevos fondos ha experimentado un dramático recorte en los últimos ejercicios, hasta firmar en 2017 su peor resultado en los últimos 15 años.

Según los datos presentados este jueves por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, el rendimiento neto de los activos que forman parte del Fondo de Reserva de la Seguridad Social experimentó el año pasado un declive del 93,5%, hasta apenas 173 millones de euros, desde los 2.664 millones de un año antes. El resultado del fondo no bajaba de los 2.000 millones de euros desde 2008 y solo en los tres primeros ejercicios de vida del fondo el resultado fue inferior.

Esta caída de la rentabilidad puede explicarse, en buena medida, por el menor tamaño del fondo. No en vano, los tres ejercicios en los que ha registrado un rendimiento inferior, los tres primeros, fueron aquellos en los que el volumen de la denominada hucha de las pensiones era inferior al actual.

El resultado del fondo no bajaba de los 2.000 millones de euros desde el año 2008

Sin embargo, el Fondo de Reserva de la Seguridad Social también está siendo víctima del escenario de bajos tipos de interés en los mercados, promovido por el Banco Central Europeo (BCE). Por ley, el fondo tiene que invertir sus fondos en activos de deuda pública española y extranjera de alta calidad (que puede alcanzar un máximo del 55% del valor nominal del fondo).

Desde 2014, los gestores de la hucha de las pensiones han centrado el 100% de los fondos en títulos de deuda nacional, en un movimiento que no solo representaba un respaldo a la deuda pública nacional sino también un modo de huir de los bajos rendimientos -cuando no negativos- que ofrecían las letras y bonos de Alemania, Francia o los Países Bajos. Pero en los últimos años y, sobre todo, a raíz del inicio del plan de compra de deuda (QE) del BCE, la deuda española ha seguido un camino paralelo, con caída de sus rentabilidades a niveles mínimos históricos.

En este contexto, el Fondo de Reserva de la Seguridad Social no ha sido capaz de sustraerse del impacto que se deriva de los tipos de interés en terreno negativo, sobre todo por su vocación de inversor a corto plazo -el 86,55% de su cartera está invertida en títulos de corto plazo-, lo que le expone en mayor medida a este escenario. Así los títulos adquiridos en 2017 por los gestores del fondo presentaba una tasa de retorno (TIR) del -0,372%, lo que derivó una rentabilidad interanual del -0,12%, a pesar de que el rendimiento de los activos en cartera respecto a su valor nominal se mantuvo en zona positiva, con un 1,07%, que supone, no obstante, la cifra más baja desde su creación en el año 2000.

En sus 17 años de vida, la hucha de las pensiones acumula una rentabilidad anualizada del 4,27%. Esta cifra acumula tres años de recortes, desde que en 2014 superó el 5%, lo que entonces suponía su mejores guarismos en una década. Desde su constitución, el rendimiento neto de los activos ha arrojado un resultado total de 28.608 millones de euros.

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