El presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Sebastián Albella, ha lamentado este lunes la pasividad de España en sus iniciativas para atraer empresas de Reino Unido, en medio de la salida del país de la Unión Europea. "Podía haberse hecho más" para atraer a España a empresas que han decidido abandonar el Reino Unido después del Brexit", ha señalado.

Durante su intervención en un acto organizado por la Asociación de Mercados Financieros (AMF), Albella ha señalado que "es una pena que no se haya apostado más fuerte" a la hora de situar a España como un destino preferente de empresas financieras procedentes del Reino Unido. No obstante, ha señalado que de haberse acometido de modo coordinado una acción de este tipo, en ningún caso hubiera sido responsabilidad de la CNMV, cuyas funciones son otras, informa Efe. 

Sobre la crisis en Cataluña, Albella ha admitido, que "se tiene la sensación de que ha incidido negativamente de modo adicional" en el desarrollo de los mercados, ya que "la incertidumbre siempre es negativa". No obstante, ha destacado que el organismo publica trimestralmente una nota sobre estabilidad financiera y el nivel de estrés de los mercados financieros, y en la correspondiente al tercer trimestre del año, conocida hoy, este indicador se mantiene en niveles bajos, cercanos al 0,20 %.

Hasta ahora, ha dicho Albella, este indicador no se ha visto afectado por la crisis en Cataluña, una situación que desea que "se normalice cuanto antes", dada la importancia de esta región para el conjunto de España.

El presidente del supervisor de los mercados también se ha referido a la tasa Tobin que quiere aprobar el Gobierno. Ha explicado que la idea de un impuesto a las transacciones financieras debería hacerse de forma coordinada en toda Europa o al menos en los países más relevantes. Hace pocas semanas ya advirtió de los efectos negativos y "especialmente marcados" que podría tener sobre la competitividad del mercado español la aplicación de este impuesto.

En cuanto a la creación de una Autoridad para la Protección del Cliente Financiero, ha reconocido que la CNMV lo ha encajado "con cierta preocupación", ya que hubiera preferido que se pusiera en marcha dentro del propio organismo.

Ha explicado que el supervisor que presiden cuenta ya con un servicio de reclamaciones "que funciona", y "lo ideal hubiera sido que "esto se creara dentro de la CNMV, como se ha hecho en la FCA británica". No obstante, ha asegurado que "siempre que haya verdadera coordinación entre la CNMV y esa autoridad, la reforma puede ser positiva", para lo cual la Comisión "está dispuesta a colaborar".

La citada Autoridad de Defensa del Cliente Financiero, ha explicado Albella, es una especie de "ombudsman" cuya labor tendría carácter vinculante.

Independencia de los poderes políticos

También ha defendido la independencia del organismo respecto de los poderes políticos, y ha pedido mayor autonomía de medios, algo en lo que el supervisor "ha perdido algo de fuelle en los últimos años".

Albella ha reiterado que la CNMV goza del respeto de la sociedad como una institución cuya independencia "ha sido respetada por los sucesivos gobiernos", cuando se cumplen 30 años de su fundación.

En el momento de su creación, hace ya tres décadas, se quiso poner en marcha una institución independiente pero sobre todo "vigorosa, que supervisara de modo eficiente".

Eso se ha conseguido, ha explicado, y la CNMV puede presumir de llevar a cabo una supervisión "decidida, resuelta y valiente"; cuenta además con una notable presencia pública no sólo por las actuaciones que le son propias sino por su presencia en los medios.