Un día histórico y a la vez anodino. Amrest ha firmado este miércoles uno de los estrenos más insólitos que se recuerdan en el mercado bursátil español. El grupo de restauración de origen polaco ha sellado su primer día en el parqué nacional sin registrar un solo movimiento. Ni una sola de sus acciones se ha intercambiado a lo largo de toda la jornada, dejando los 8,7 euros a los que se estrenó como su cotización hasta el cierre de la sesión.

Desde la Bolsa explican que a lo largo de la sesión se han producido algunas -"no muchas"- órdenes de compra, pero no han existido órdenes de venta, por lo que no ha sido posible casar ninguna operación. Esta parálisis no se ha correspondido con la evolución de la compañía en la bolsa de Polonia, donde cotiza desde 2005 y donde este miércoles ha registrado un leve descenso del 0,13%.

Amrest es una compañía con una capitalización ligeramente superior a los 1.900 millones de euros, lo que le otorga un tamaño próximo al de compañías como Mediaset o Meliá. Sin embargo, menos del 20% del capital de la compañía se negocian libremente en bolsa, lo que resta liquidez a la acción.

Tras realizar un listing (un procedimiento consistente en abrir a la negociación en una bolsa concreta las acciones ya existentes, sin emisión de nuevos títulos o un traspaso en bloque de un paquete de los accionistas ya existentes), el principal accionista de la compañía, el mexicano Carlos Fernández -uno de los principales accionistas de Colonial-, no se plantea a corto plazo vender parte de sus acciones (actualmente controla algo más del 56% del grupo) para ampliar la liquidez de la acción.

Aún así, la dirección de Amrest confía en que su entrada en la bolsa española le permita dotar de mayor liquidez a las acciones del grupo, al dar acceso a un nuevo perfil de inversor, como los fondos que centran su inversión en compañías que cotizan en euros o en la Europa occidental. Así, este movimiento es una de las bazas con las que cuenta la compañía para alcanzar su objetivo, que no es otro que "convertirnos en el líder de la restauración en Europa", según ha afirmado este miércoles su presidente José Parés, minutos antes del tradicional toque de campana en el parqué.

"Lo que pretendemos con este movimiento es abrir nuevas fuentes de financiación para la compañía", ha señalado José Parés, presidente del grupo dueño de los restaurantes La Tagliattella, antes de explicar, no obstante, que la compañía no se propone en el corto plazo ampliar capital ni emitir deuda.

A pesar de su poco lucido estreno en la bolsa española, lo cierto es que los trece años de Amrest en bolsa pueden calificarse de exitosos, con unos retornos anualizados del 26%. Un buen tono que ha ido de la mano del crecimiento de una compañía que en sus 35 años de historia ha pasado de contar con un único restaurante a más de 2.000; de tener 60 empleados a más de 40.000; de trabajar con una única marca a ocho; de negociar en un solo país a 26 y todo esto con unos crecimientos anualizados del 36%.

La compañía cuenta con una capitalización que ronda los 2.000 millones de euros, pero menos del 20% de su capital cotiza libre en bolsa

A septiembre de 2018, Amrest, que además de gestionar restaurantes propios actúa como máster franquiciado de enseñas como KFC, Pizza Hut, Starbucks y Burger King, alcanzó unos ingresos de 392 millones de euros, un 23,2% más que en el ejercicio anterior, con un crecimiento del Ebitda del 6%, hasta rozar los 50 millones.

El grupo ha emprendido en los últimos meses un ambicioso proceso de crecimiento, que se ha plasmado en la adquisición de las cadenas Bacoa o, más recientemente, Sushi Shop, catalogada como la adquisición más importante de su historia. Tras estos movimientos, a corto plazo, el grupo descarta nuevas compras. "Nuestro enfoque es consolidar e integrar Sushi Shop a nuestro portafolio de marcas. Por el momento no estamos estudiando comprar nuevas marcas, ya que es el momento de integrar los nuevos negocios", ha observado Parés.

La compañía ha alcanzado recientemente los objetivos de crecimiento a tres años que se había marcado en 2017, con el objetivo de duplicar su tamaño. "Ahora, en los próximos meses estamos por replantearnos cuál será el objetivo de los próximos tres años", ha explicado su presidente, quien ha marcado a grandes trazos la senda a seguir: expandir las nuevas marcas adquiridas -por ejemplo, Bacoa-, seguir creciendo en sus principales mercados (Polonia y España), desarrollar los mercados más novedosos para la compañía, como Francia y Alemania, e ir entrando gradualmente en nuevos mercados, como Holanda y Reino Unido.

Interés de los inversores españoles

Parés ha señalado que en las reuniones mantenidas previas a la salida a la bolsa española han detectado interés entre los fondos españoles, por lo que confían en que la respuesta de los inversores españoles y europeos sea positiva a medio plazo.

El estreno de Amrest representa un nuevo impulso a la actividad del mercado bursátil en España, que ha registrado un 2018 algo decepcionante, con la cancelación de varias operaciones -por ejemplo, Cepsa- a causa de las dificultades del mercado. Además de Metrovacesa, en febrero, este año la bolsa ha vivido el estreno de la socimi Arima y la llegada de la minera Berkeley, que ya cotizaba previamente en Australia y Reino Unido.