A la hora de analizar el entono para anticipar la evolución de los mercados financieros, encontramos cambios significativos. El factor de riesgo geopolítico, el que más condicionó la aversión al riesgo de los inversores en 2018 y, en consecuencia, el precio de activos como la renta variable o la renta fija highyield, se ha moderado de forma significativa. La tensión comercial entre EEUU y China se ha reducido, el gobierno italiano ha aceptado reducir el déficit público en línea con lo marcado por la Comisión Europea y los nuevos mandatarios de Brasil y México se están caracterizando por un “perfil bajo” en la implantación de medidas populistas y/o la confrontación. Sólo el frente Brexit presenta más incertidumbre que nunca, pero no parece que, de momento, tenga capacidad de impactar sobre las cotizaciones (¿tal vez porque el escenario implícito sea el de un aplazamiento sine die de la salida de la Unión Europea?). En definitiva, el riesgo geopolítico no es ahora un lastre para los mercados o, al menos, ha mejorado.

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