El Ayuntamiento de Madrid, entonces comandado por Manuela Carmena, formalizó en mayo de 2018 la adjudicación a las comercializadoras Holaluz y Nexus del contrato de suministro de luz de las instalaciones del consistorio, valorado en 82 millones de euros. La adjudicación llegaba ya tras un largo proceso de recursos y contrarrecursos de las grandes eléctricas contra las condiciones impuestas en la licitación.

Y con el servicio ya en marcha, la batalla legal por el megacontrato de suministro eléctrico se ha alargado hasta ahora. Pero el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha acabado por dar la razón al Ayuntamiento en el último recurso presentado por Iberdrola para intentar tumbar al completo el concurso público y ha refrendado la legalidad de los pliegos de la licitación.

El Ayuntamiento de Carmena exigió que las comercializadoras adjudicatarias garantizaran que el 100% de la electricidad fuera de origen renovable, con lo que ponía en jaque las opciones de las grandes grupos. Iberdrola, Endesa y Naturgy ya trataron de tumbar el concurso antes de la adjudicación, pero el Tribunal Administrativo de Contratación Pública de la Comunidad de Madrid desestimó sus recursos.

Iberdrola no se rindió y reemprendió la batalla legal para tumbar todo el proceso de licitación desde el inicio. Presentó un recurso ante el TSJM contra la decisión del tribunal administrativo de dar por buenos los pliegos del concurso, y es el que ahora ha sido tumbado por la justicia, según confirman a El Independiente fuentes conocedoras del proceso legal.

El TSJM, en sentencia firme emitida en julio, reconoce la potestad del Ayuntamiento de establecer con una amplia discrecionalidad las condiciones de solvencia para participar en el concurso (en este caso, la garantía de que las compañías en liza por el concurso debían garantizar que la energía comercializada es 100% renovable.

Iberdrola denunciaba que la imposición de este requisito era una limitación a la competencia, dado que la compañía, por el volumen de la energía que comercializa, podía justificar sobradamente que disponía de electricidad de origen renovable para cubrir todo el suministro del Ayuntamiento de Madrid. Pero, por el elevado número de sus clientes, no podía garantizar que toda la electricidad que comercializa en España tiene origen verde.

Además, Iberdrola criticaba que el certificado exigido por el consistorio no permite justificar que toda la electricidad será de origen renovable, porque la Comisión Nacional de los Mercados y la  Competencia (CNMC) no puede garantizarlo con anterioridad.

Otro frente aún abierto

Iberdrola no ha conseguido tumbar el concurso público de Madrid, pero aún le queda un último frente legal. Y es que la eléctrica presentó otro recurso contencioso-administrativo contra la decisión del Ayuntamiento de excluirla directamente del proceso de litificación y ni siquiera abrir su oferta al quedar descalificada del concurso por no garantizar el suministro de electricidad de origen 100% renovable.

Este segundo recurso sigue una vía independiente del que acaba de tumbar el TSJM, pero fuentes jurídicas dan por hecho de que también será desestimado precisamente por la propia sentencia del TSJM. Si el alto tribunal reconoce la potestad del Ayuntamiento de fijar esas condiciones y reconoce la legalidad de los pliegos, es previsible que la justicia también dé por buena la exclusión de Iberdrola Clientes del concurso.

"Discriminatorio" y "falso"

 El concurso para suministrar luz a los edificios del Ayuntamiento fue realmente movido. Tras los recursos, Endesa finalmente no acudió al proceso de licitación y Naturgy lo hizo a través de una filial comercializadora que garantiza suministrar sólo electricidad renovable. Tanto Iberdrola como Endesa han creado posteriormente filiales comercializadoras con electricidad sólo renovable, precisamente para evitar futuros vetos en otras licitaciones públicas.

Iberdrola se quejó ya entonces, en cualquier caso, de que la exigencia de que el 100% de la energía que comercialice la compañía sea renovable es una medida “absurda, discriminatoria y basada en un argumento falso”, ya que las comercializadoras pueden obtener certificados verdes para el suministro de una cantidad concreta de energía, pero no pueden garantizar que la electricidad de todos sus clientes sea renovable (dado que en la red eléctrica se vuelca la energía producida por todos los tipos de tecnologías).

Iberdrola subrayó tras la resolución del concurso que ese año suministró 24 veces más energía verde que el mayor adjudicatario del concurso del Ayuntamiento de Madrid, Holaluz, y hasta ocho veces más que el otro ganador del proceso, Nexus. Iberdrola suministra energía a más de 5.100 ayuntamientos en España y, de ellos, a más de 500 lo hace con energía verde certificada con garantía de origen.