El ensayista Brett Scott alerta que un mundo donde el dinero fuese totalmente digital y sin efectivo supondría un problema de exclusión financiera para parte de una población, además de abrir la "puerta a la vigilancia y la censura".

Scott afirma que con este problema se “abre la puerta a sistemas no sólo de manipulación empresarial y vigilancia, sino también de censura”, por lo que “quien controlase el sistema no tendría sólo la capacidad de observar a la población, sino también de impedir que haga determinadas cosas”, según recogen fuentes de la revista Retina de El País y recogida por Servimedia.

Scott que empezó a trabajar en el sector financiero en septiembre de 2008 para después pasar al activismo económico, considera que la digitalización total del dinero tendría enormes repercusiones.

El activista entiende que hay “un ataque estructural contra” el dinero en efectivo, del que acusa a “la industria de los pagos” y las compañías tecnológicas. Scott explica que las grandes empresas tecnológicas odian el efectivo y que algunos gigantes del sector “quieren automatizarlo todo y los billetes se interponen en su camino”.

El antropólogo reprocha que su estrategia es asegurar que el uso del dinero electrónico responde “a una demanda y que el poder reside en nosotros, los ciudadanos comunes”, siendo “perfectamente conscientes de que hacen dinero de la dependencia de la gente de sus sistemas tecnológicos”.

Scott que ha analizado las nuevas tecnologías, admite que el bitcoin “ha sido fascinante desde un punto de vista tecnológico” pero que “ha fallado en cambiar realmente el sistema financiero”. Bajo su punto de vista, la cultura ‘cripto’ es “tóxica, muy individualista e hipercapitalista”, indica el ensayista.

Aunque admite la utilidad de las estructuras colaborativas como significa el bitcoin e indica que el “bitcoin no va a desaparecer, pero tiene limitaciones estructurales”. Sin embargo, alerta de que la comunidad que lo sustenta “no tiene ninguna intención de trabajar en esa vía” ya que “les conviene dejarlo más como un activo especulativo”.

En cuanto a la tecnología que soporta el bitcoin, el blockchain, augura que “en dos años con un poco de suerte desaparecerá el ruido, todas las gilipolleces se desvanecerán y los proyectos realmente interesantes sobrevivirán”. “De momento, alrededor de blockchain hay muchos proyectos etéreos”, sostiene.