La relación con las finanzas personales ha cambiado durante la pandemia. No es solo que la tasa de ahorro se incrementase ante las restricciones y la imposibilidad de gastar dinero en ocio, sino que también hubo más tiempo para pensar en la gestión de las inversiones. Según una encuesta realizada por la gestora de inversiones Schroders a 23.000 inversores de todo el mundo, el 71% ha dedicado más tiempo a pensar en su bienestar financiero. En España, el porcentaje es del 75%.

Además, los asesores independientes han ganado la batalla por hacerse con más clientes a los bancos. "Mientras que en 2020 los inversores españoles priorizaban a los bancos como fuente de asesoramiento financiero (52%), en 2021 prefieren recurrir a asesores independientes como primera opción (47%)", recoge el informe. Los bancos han pasado a segundo lugar y son la opción preferida por el 43%.

Se trata de un cambio que no ha tenido lugar en otros puntos del planeta. A nivel global y también en el ámbito europeo los inversores eligen a su banco antes que a un asesor financiero independiente.

Carla Bergareche, directora general para España y Portugal de Schroders, considera que es "alentador ver que (la pandemia) también ha actuado como catalizador para poner en relieve la importancia de la planificación financiera de los inversores españoles y podría explicar que casi la mitad de los españoles acuda ya a un asesor financiero para buscar consejo (cuando el año pasado solo lo hacía un 36%), por primera vez por delante de los bancos".

Menos optimistas

Otra diferencia entre los inversores españoles y la tendencia mundial es el optimismo ante la rentabilidad que esperan. Los inversores a nivel global esperan que la rentabilidad media anual para los próximos cinco años sea del 11,3% -frente al 10,9% de hace un año-.

En cambio, en el caso de los encuestados españoles, las expectativas acerca de sus inversiones se han desinflado. "Más de un año después del inicio de la pandemia, la situación económica y social parece haber reducido su optimismo, ya que sus expectativas de rentabilidad son menores", recoge el informe. La cifra pasa del 10% de 2020 al 8,9% este año.

Además, si se compara con inversores de otros países, las expectativas españolas son de las más negativas, junto a las de los inversores japoneses y canadienses, que esperan obtener rentabilidades del 8,5 y 8,6%.

Por continentes, los inversores americanos son los más optimistas y esperan una rentabilidad del 12,5%. Los asiáticos esperan obtener una del 12,3% y los europeos tienen unas expectativas del 9,7%.

Tendencias de inversión

Si la inteligencia artificial y el cambio climático están en boca de todos también lo están en las carteras de inversión de los españoles. "Las cuatro macrotendencias que los inversores españoles ven con mayor potencial de mejorar la rentabilidad son la mayor adopción de inteligencia artificial por parte de las empresas, el aumento del control y regulación de las compañías tecnológicas, la gestión del cambio climático y la inflación", apunta el documento.

Stuart Podmore, especialista en conocimiento de inversión conductual de Schroders, opina que "los últimos 18 meses nos han enseñado que el futuro sigue siendo difícil de predecir y que un enfoque medido, coherente y paciente de la inversión, centrado en los objetivos a largo plazo y en los resultados probables, es probable que se sitúe a los inversores en mejor posición".

No obstante, la pandemia ha aumentado el interés por la evolución de las inversiones y ha aumentado el porcentaje de inversores que consulta su cartera una o más veces a la semana del 37 al 44%.

Con todo, desde Schroder califican de "alentador" que "la pandemia ha actuado como catalizador para promover un mayor enfoque a nivel mundial en la planificación financiera en general y el bienestar".