El Gobierno sigue diseñando a su medida su nueva Indra. El Ejecutivo de Pedro Sánchez, a través de la SEPI, quiere tener atado el futuro más próximo de la compañía. Más aún cuando los próximos meses resultarán definitivos para los intereses económicos de la empresa del Ibex 35 puesto que está a la espera de varios proyectos europeos que podrían regar las arcas de Indra.

Entre ellos, destaca el Futuro Sistema Aéreo de Combate o FCAS (Future Combat Air System), del que forma parte España con la empresa cotizada del Ibex 35 como líder industrial de la participación española. Dicho proyecto "representa un compromiso de máxima importancia para los intereses de la defensa española y europea con importantes retornos para el conjunto de la industria civil y militar española", según la SEPI.

Para ello, el Ejecutivo de Pedro Sánchez sigue reestructurando su organigrama para adecuarse a los planes. Tal y como ya adelantó este periódico, en Indra se ha abierto una guerra interna por el control del poder. Marc Murtra, presidente no ejecutivo, no tiene poder de decisión, pero tanto él como la SEPI entienden que el directivo ha de tener la misma capacidad que los dos consejeros delegados de Indra, Ignacio Mataix y Cristina Ruiz.

En esta lucha de poder entre Murtra y los dos consejeros delegados, con el Gobierno de por medio, el PSOE ya ha movido hilos para controlar las relaciones institucionales de la compañía. Este periódico avanzó que Indra contactó con el ex jefe de gabinete de comunicación de Nadia Calviño, Juan Ignacio Maíllo (actualmente en Telefónica), para liderar el departamento de comunicación si bien las negociaciones no llegaron a buen puerto. No obstante, el Gobierno ha insistido en la operadora española y se llevará a Sergio Sánchez para liderar dicha área.

Sergio Sánchez sale de la operadora después de su paso por la compañía dirigido por Álvarez-Pallete en el departamento de seguridad de Telefónica. El nuevo encargado de las relaciones institucionales y comunicación de Indra proviene del CNI, donde ejerció como responsable de relaciones institucionales, la misma responsabilidad que asumirá en la tecnológica española. Las buenas relaciones con el Gobierno y la cercanía con Pedro Sánchez han acercado a Sánchez a su nuevo puesto. No obstante, el perfil del nuevo jefe de gabinete encaja a la perfección de la empresa puesto que ya fue director de la división comunicativa en el Ministerio de Defensa durante varios años.

Tal y como revelan fuentes cercanas a la compañía, este movimiento no será el único y se espera que en las próximas semanas se produzcan nuevos ceses e incorporaciones que "provocarán un lavado de imagen a Indra". Dicho cambio será, en gran parte, por las intenciones que tiene el Gobierno en la compañía.

De hecho, la SEPI comunicó que tiene la intención de incrementar su participación del 18% al 28%. "La decisión responde al renovado compromiso del Estado con una compañía que recientemente ha asumido retos de especial trascendencia para los intereses de nuestro país y de nuestros aliados más cercanos", dijo Belén Gualda, presidenta de la SEPI.

Unas actuaciones que dejan dudas

Las intenciones del Gobierno a través de la Sepi y los rumores de cambios en la cúpula directiva de Indra provocó el rechazo total de los inversores en la compañía. Las acciones de la tecnológica se llegaron a desplomar hasta un 9% sobre el parqué del Ibex 35.

El desplome se produce en plena marcha de uno de los accionistas de referencia, la familia March. El grupo inversor, que solo mantiene ya un 3,2% del total de la empresa ha dejado ya su puesto en el consejo. Fuentes financieras remarcan que el proceso de reestructuración "impuesto por el Gobierno no ayuda a la deriva de Indra puesto que los analistas y proxys lanzarán en las próximas semanas advertencias sobre la posición de la compañía".

Buenos resultados

Indra ha ganado 143 millones de euros en 2021, lo que contrasta con las pérdidas del año anterior, y supera en un 18% las cifras de 2019, antes de la pandemia. La compañía ha publicado este miércoles sus resultados financieros, que presentan unos ingresos récord de 3.390 millones de euros, un crecimiento del 11,4% en términos reportados, con España como mercado principal con 1.719 millones de euros de ingresos, un 8,7% más que en 2020.

Asimismo, el beneficio bruto de explotación (Ebitda) ha sido de 349 millones de euros, un 351% más que en 2020, con un margen del 10,3%, lo que supone un aumento de 7,8 puntos respecto al ejercicio anterior. La compañía ha terminado el año con un récord de cartera, con proyectos por 5.459 millones de euros, una subida del 4,4% interanual, si bien la contratación neta en el último año ha descendido un 3,7% hasta los 3.714 millones de euros.