El comité de expertos para la reforma fiscal ha incluido entre sus propuestas crear un impuesto que grave las emisiones de los gases contaminantes de la ganadería intensiva. En concreto, del metano (CH4), amoniaco (NH3) y óxido de nitrógeno (N2O). Según sus cálculos, este tributo recaudaría 316 millones de euros.

La propuesta es la número 16 del documento de casi 800 páginas que el comité de expertos, designado por Hacienda, ha entregado al Gobierno. A partir del informe, el Gobierno diseñará su reforma fiscal, que ha prometido a Bruselas que entrará en vigor en el primer trimestre de 2023.

Dentro del mencionado Libro Blanco, el capítulo medioambiental es uno de los más importantes. Entre muchas otras recomendaciones de nuevos impuestos, se recoge este gravamen a las emisiones más contaminantes de la ganadería intensiva y también otro a las emisiones de las grandes instalaciones industriales.

En el primero, por las emisiones de amoniaco se pagaría un tipo impositivo de 3,5 euros el kilo, lo que daría lugar a una recaudación de 232,57 millones de euros, la parte más cuantiosa del impuesto. Las de metano se penalizarían a 0,35 euros el kilo, con lo que se recaudarían 80,87 millones de euros, y por el óxido de nitrógeno se pagaría a 3 euros el kilo, lo que llevaría a recaudar 2,96 millones.

Estos cálculos tienen en cuenta las emisiones atmosféricas de la ganadería intensiva, para lo que los expertos han utilizado datos del Ministerio de Asuntos Económicos de 2018. Además, asumen que no habría cambios en las emisiones, es decir, que los agentes no reaccionan al establecimiento de este impuesto, aunque esto podría suceder.

La ganadería es responsable del 80% de las emisiones de amoniaco en España y del 60% de las de metano

Los expertos justifican estos nuevos tributos, que ven necesario crear, en "los importantes impactos de ciertas emisiones atmosféricas sobre el cambio climático, la salud humana, los ecosistemas y las infraestructuras". A la vez, recuerdan los compromisos de reducción que tiene España.

"Aunque en algunos casos el cumplimiento actual de objetivos es elevado, en general la situación es preocupante en el horizonte de 2030. Puesto que es necesario seguir impulsando el proceso de reducción de emisiones, la opción tributaria se conforma como una alternativa adecuada para conseguir estos objetivos a mínimo coste mediante su introducción gradual y la incentivación económica", recalcan.

La situación es preocupante en el horizonte de 2030"

El informe recuerda que las emisiones de la ganadería fueron responsables del 80% de las emisiones españolas de amoniaco en 2019, del 60% de las emisiones de metano y del 34% de las de óxido de nitrógeno, según datos del Ministerio de Economía.

"Dentro de esta [de las emisiones de la ganadería a nivel general], la ganadería intensiva juega un papel creciente y es origen de importantes impactos medioambientales que exigen la intensificación de los mecanismos correctores", subraya el texto, que el lector puede consultar a continuación (en la página 298 del informe empieza esta, la propuesta 16).

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También recoge que se podrían incorporar bonificaciones fiscales si se utiliza "la mejor tecnología posible" o "mejores técnicas de operación".

Impuesto a las emisiones de grandes complejos industriales

Por otro lado, también propone gravar las emisiones causadas por los grandes complejos industriales de óxidos de nitrógeno (NOx), de metano (CH4), de monóxido de carbono (CO), de amoniaco (NH3), de compuestos orgánicos volátiles distintos del metano (COVDM) y de óxido de nitrógeno (N2O). Estas instalaciones fueron responsables en 2019 del 25% de emisiones de NOx en España, del 17% de CH4, del 16% de CO y del 12% de NH3.

En total, el comité calcula que con este otro impuesto se recaudaría 615 millones de euros anuales. En el caso de los contaminantes ya mencionados en el caso de la ganadería, se gravarían a los mismos tipos que para este otro sector. Con el amoniaco emitido por las grandes instalaciones industriales en España se recaudaría 9,74 millones de euros; con el metano, 57 millones, y con el óxido de nitrógeno, casi 3 millones.

En el caso del COVDM, se pagaría a 0,23 euros el kilo, con lo que se recaudaría 12 millones,; en el del monóxido de carbono se pagaría a 0,011 euros el kilo y se recaudaría 2,75 millones, y los óxidos de nitrógeno se pagarían a 2,96 euros el kilo y por tanto se recaudaría la mayor parte del impuesto, 527 millones.

Actualmente algunas comunidades autónomas tienen impuestos propios sobre algunas de estas emisiones, pero los expertos ven necesario crear un gravamen mínimo sobre todas estas sustancias contaminantes en todo el territorio nacional. Para ello, recomienda tomar como referencia el procedimiento aplicado por el Gobierno de Canadá en 2020, que consistiría en mantener los impuestos autonómicos existentes y crear uno estatal con tipos mínimos para así aumentar el nivel de imposición.