El gobierno norteamericano ha anunciado la prohibición de importar energía desde Rusia, en una nueva ronda de sanciones contra el régimen de Vladimir Putin tras la invasión de Ucrania.

Según ha confirmado Joe Biden, las sanciones incluirán la prohibición de importar petróleo, carbón y gas natural licuado. Esta ronda de sanciones no cuenta, en principio, con la participación de los aliados de la Unión Europea, cuya dependencia de la energía rusa sigue siendo mucho mayor que la de Estados Unidos.

"No subvencionaremos la guerra de (Vladimir) Putin, ha anunciado Biden, en una comparecencia en la que ha abogado por seguir aumentando la presión sobre Rusia tras "el paquete de sanciones económicas más significativo de la historia".

Biden, que ha repasado algunas de las medidas adoptadas contra Rusia tras el inicio de la invasión de Ucrania, ha anunciado que Estados Unidos aumentará la producción de petróleo para contrarrestar el progresivo aislamiento energético.

Asimismo, se ha comprometido a trabajar "estrechamente" con los socios europeos para elaborar una estrategia a largo plazo que permita reducir progresivamente la dependencia de la energía procedente de Rusia.

Quien sí se ha sumado al cerrojazo a la energía rusa ha sido el Reino Unido, según avanza la prensa británica. El gobierno de Boris Johnson prohibirá la compra de gas ruso a partir de 2022. La Unión Europea ha anunciado este martes su intención de reducir en dos tercios las importaciones de gas ruso antes de que termine el año.

Después de conocerse la noticia, los futuros del petróleo han aumentado las ganancias. El barril de Brent, de referencia en Europa, sube un 6% hasta rozar los 130 dólares y el barril de West Texas, de referencia en EEUU, sube un 5% hasta los 125 dólares. Ambos futuros subían un 2% antes de la noticia. En la jornada del lunes el precio del barril de Brent llegó a subir más del 12% hasta situarse en 139 dólares, máximos desde 2008.

Shell no comprará más petróleo a Rusia

La petrolera anglo-holandesa Shell ha anunciado este martes que no volverá a comprar petróleo ruso, así como que retirará su participación de todos los hidrocarburos de este país, después de las críticas recibidas tras la adquisición la semana pasada de un cargamento de crudo ruso para su refino.

"Somos muy conscientes de que nuestra decisión de la semana pasada de comprar un cargamento de petróleo crudo ruso para refinarlo en productos como gasolina y diesel, a pesar de haberlo hecho pensando en la seguridad de los suministros, no fue la correcta y lo lamentamos", ha asegurado el consejero delegado de Shell, Ben van Beurden.

De este modo, el máximo ejecutivo de la petrolera ha anunciado que la posición de Shell pasa por "dejar de comprar crudo ruso de inmediato en el mercado al contado y no renovar los contratos a plazo", mientras que destinará las ganancias procedentes de los remanentes de petróleo ruso procesado a un fondo cuyos recursos tratarán de aliviar las consecuencias de la guerra para el pueblo de Ucrania.

Maduro se ofrece a 'estabilizar el mercado'

Quien ha aprovechado la coyuntura para reclamar su lugar es la Venezuela de Nicolás Maduro. "Estamos activados en el tema energético. Venezuela estará al frente en las iniciativas para estabilizar el mercado petrolero", ha afirmado Maduro tras una reunión con una delegación estadounidense en Caracas.

En este sentido, ha ratificado la capacidad que tiene Venezuela para elevar su producción de crudo a más de 3 millones de barriles diarios "si hicieran falta para la estabilidad del mundo", desde el Palacio de Miraflores, en la sede del Ejecutivo.