Es una batalla que libran inspectores y defraudadores. Históricamente los primeros van detrás de los segundos. Jamás sabrán de modo preciso cuánto se les oculta y cuántos optan cada ejercicio por eludir sus obligaciones con Hacienda. En el caso del País Vasco, con haciendas forales propias, las tres ventanillas de recaudación territoriales iniciaron hace unos años un refuerzo de sus sistemas de inspección y control. El objetivo era no sólo aflorar la mayor cantidad de impuestos eludidos sino lograr que estos fueran pagados y que defraudar se hiciera cada vez más difícil. Por ahora, parece que empieza a dar resultado.

Los responsables de las haciendas vascas están convencidos de que hoy defraudar es mucho más complicado y que cada vez menos lo intentan. Los datos del último ejercicio aportados ayer por la hacienda vizcaína demuestran que la cantidad de fraude fiscal detectado es notablemente inferior a la de ejercicios anteriores. Podría ser por incapacidad de detección o por una disminución de los defraudadores. Los responsables de la recaudación están convencidos de que es la segunda de las razones. Lo afirman por las miles de actuaciones llevadas a cabo para detectar posibles irregularidades y que año tras año no han dejado de crecer. Sólo el año pasado 530.000 actuaciones.

El fraude aflorado correspondiente a 2021 ha sido de 322 millones de euros, una cantidad significativa para una provincia de apenas un millón de habitantes como es Bizkaia. Sin embargo, está muy lejos de los niveles de fraude detectado hace apenas dos años, cuando alcanzó los 504 millones de euros. Se trata de una caída en sólo dos años en el fraude aflorado del 36%.

El diputado de Hacienda, Juan María Iruarrizaga, aseguraba ayer que pese a estar aún “lejos del objetivo de fraude cero” sí se ha logrado reducir de forma importante el nivel de fraude a la Hacienda. Señala que la causa principal es la aplicación de cada vez mayores sistemas informáticos y tecnológicos para la detección de estas bolsas de fraude y la especialización del personal. Herramientas que permiten una mayor capacidad para “gestionar los datos de los contribuyentes” y con ellos tener una mayor capacidad para detectar “el fraude fiscal que se pueda producir”.

322 millones aflorados

De los 322 millones detectados, un tercio corresponde a incumplimientos en el pago del Impuesto de Sociedades, el tributo en el que mayor volumen se elude el pago de obligaciones. En segundo lugar, está el IVA, donde se detectaron fraudes por un importe total de 59,5 millones de euros. El incumplimiento en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) alcanzó el año pasado los 35 millones, a los que se suman otros algo más de 46 millones eludidos en otras retenciones. El resto de fraude detectado corresponde a otro tipo de incumplimientos.

Además de la mayor detección de bolsas de fraude, las haciendas vascas han logrado también que mejore el porcentaje del pago de las infracciones. En los últimos cuatro años se ha conseguido el abono de la práctica totalidad de la cantidad detectada, casi el 94%. Se trata de un importe muy relevante, 1.788 millones de euros correspondientes a los últimos cuatro ejercicios, de los que se habían logrado ingresar en las arcas públicas 1.637 millones.

En los últimos años una de las estrategias llevadas a cabo por los servicios de inspección tributaria se ha basado en la realización de inspecciones masivas por sectores. Así, cada año la labor de inspección se focalizaba en determinadas áreas de actividad productiva. En esta ocasión la Hacienda vizcaína no ha detallado sí han existido inspecciones centradas en sectores determinados.