El presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha pedido que los gobiernos planifiquen una transición energética "pragmática" y sin revoluciones. Lo ha dicho este lunes en su discurso de clausura de la primera sesión del X Simposio Internacional Funseam, que se celebra hasta el miércoles en la Fundació Miró de Barcelona. Brufau ha apuntado que "lo rápido a veces es enemigo de lo bueno" y ha lamentado que los políticos se basan, textualmente, en ideología y en grandes lemas, cuando debería ser una transición equilibrada y justa, además de pragmática.

Ha pedido reflexionar sobre cómo debe ser el 'mix' energético descarbonizado de 2050 y ha recordado que "es un camino de 30 años, no una revolución para pasado mañana". Ha explicado que actualmente se conoce cómo reducir las emisiones contaminantes hasta 2030, pero que "de 2040 a 2050 no se sabe", aunque Repsol cuenta con 400 profesionales trabajando en este tema.

Brufau ha pedido pensar "muy bien" lo que significa sostener un nuevo modelo de desarrollo en energías no obedientes y con costes de intermitencia como la solar y la eólica. "Hay que hacerlo bien, sin prisas, sin revoluciones", ha defendido y ha pedido que no se abandone ninguna tecnología de creación de energía, como el carbón, del que ha pedido que se desarrolle tecnología para capturar el dióxido de carbono que genera.

En este sentido se ha preguntado cómo se podrán desarrollar los países que solo cuentan con el carbón como fuente primaria de energía si se les prohíbe.

Mercado común

Brufau ha asegurado que la invasión rusa de Ucrania ha tenido como efecto unir internamente a la Unión Europea y a Europa con Estados Unidos. Ha lamentado que la estrategia europea RePowerEU quiera una energía más sostenible, asequible y segura: "Esto es un fracaso para Europa, que a estas alturas definamos que necesitamos diversificar las fuentes de aprovisionamiento de hidrocarburos y diferentes proveedores de petróleo y gas natural".

"Europa debería plantearse cómo de una puñetera vez unificamos el mercado de la energía" para poder ser menos dependientes de Rusia, ha asegurado. Ha pedido hacer "las coses bien" y pensar un mercado único de la energía para toda la Unión Europea.