José Antonio Álvarez, consejero delegado del Banco Santander, se ha mostrado claro respecto a la imposición del impuesto a la banca: "La inflación difícilmente se combate con impuestos". De esta manera, el ceo considera que no es oportuno este impuesto y ha añadido durante la presentación de los resultados de la entidad del primer semestre que hay un efecto general sobre la economía que puede que no sea positivo.

El consejero delegado ha explicado que la situación económica actual no se había dado nunca con las dificultades en las cadenas de suministros, una guerra y una inflación "muy alta que nadie se esperaba que fuera tan persistente en el tiempo". Por ello, ha insistido en que un impuesto para poder luchar contra todo ello no es oportuno.

"Estamos en el centro de la actividad económica y para servir a todos los agentes económicos", ha añadido Álvarez antes de insistir en que el banco "siempre" está dispuesto a colaborar con los gobiernos, aunque pueda discrepar.

Álvarez ha apuntado que todavía no sabe cómo es el impuesto y en este aspecto ha querido matizar que "las cosas cuanto más predecibles sean menor coste para la economía". Pero ha advertido que este impuesto, con el que se pretende recauda 3.000 millones de euros en dos años, resta capacidad del sector financiero para dar crédito en unos 50.000 millones de euros.

El ceo ha explicado que cuando el sector concede unos 50.000 millones asume de media unos 25.000 millones como riesgo y eso, a un coste que ronda actualmente el 12%, se traduce en 3.000 millones, la cantidad que el Ejecutivo quiere recaudar.

Por otro lado, ha asegurado que lo más le preocupa es que se estigmatice al sector. "Me preocupa porque el sector ha hecho un esfuerzo enorme durante el covid para atender a nuestros clientes", ha apuntado. No obstante, Álvarez ha mostrado su deseo de que "no sea una maldición eterna" y considera que los clientes tienen una opinión mucho más positiva de las entidades, con "una oferta amplia" de productos y "a buen precio", lo que favorece a la economía en general.

Además, el consejero delegado se pregunta que "dónde están esos beneficios extraordinarios" y ha añadido que esos beneficios llegarían si se multiplicasen por dos o por tres para cubrir los costes de capital.

A pesar de no estar de acuerdo con la imposición de este gravamen, Banco Santander sigue colaborando con el Ejecutivo en temas como la lucha contra la exclusión financiera o acuerdos como los de financiación con avales del ICO.