Es el ahorro de la abuela, el gesto cotidiano que desde niños hemos escuchado y no siempre hemos aplicado. Sólo quienes vivieron la necesidad y la escasez en tiempos de posguerra o de grave crisis económica saben de su valor. Ahora, la mayor crisis energética que atraviesa Occidente en tiempos modernos ha obligado a recuperar el viejo recetario. Y no sólo en el ámbito doméstico sino incluso en el institucional. Ayer el presidente del Gobierno daba su primera recomendación: quitarse la corbata. Desprenderse de este complemento eminentemente masculino es, según Sánchez, una herramienta cotidiana que puede facilitar el ahorro energético. Así se lo ha instado a hacer a todos los miembros de su Gobierno: menos corbatas supone menos calor y por tanto menos necesidad de aire acondicionado.

Y la temperatura óptima es para el Ejecutivo nacional los 27 grados. En el trabajo, en el transporte y en el comercio. El lunes, el Gobierno detallará el las medidas para favorecer el ahorro que impulsará en la Administración pública. Racionalizar horarios de activación de los sistemas con consumo energético, ocupar de modo racional los espacios a utilizar, el empleo del transporte público o la bicicleta o incluso fomentar el teletrabajo para evitar desplazamientos estarán en la lista de propuesta del plan gubernamental.

Cuando hace unos meses, al inicio de la crisis energética tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, el Alto Representante de la política exterior de la UE, Josep Borrell animó a bajar el termostato las críticas le llovieron. Hoy la mayor parte de los Gobiernos proclaman tal medida cotidiana. En el caso del País Vasco incluso llegan a cifrar en qué porcentaje se podría ahorrar si logramos bajar la temperatura: un 7% de contención en el consumo energético por cada grado rebajado.

20 grados en invierno, 27 en verano

En la guerra energética también se ha establecido una pequeña 'batalla del termostato'. Si a nivel nacional se urge a no poner el aire acondicionado hasta no superar los 27 grados centígrados, en el caso vasco el Gobierno de Urkullu ha sido menos exigente y establece la recomendación en los 25 grados, tanto para las estancias públicas como las privadas, a las que recomienda seguir este consejo en estos días estivales. Para el otoño-invierno, la calefacción no se debería activar en ningún caso hasta que la temperatura no baje de los 20 grados. Para quienes trabajen por la noche o en turno de fin de semana el límite de frío a soportar y por tanto a hacer frente con calefacción se fija en los 15 grados.

Sin duda una de las medidas más eficaces es el sentido común. Por si acaso, la batería de medidas del Ejecutivo vasco las recuerda: si hace frío hay que ir abrigado a trabajar y si hace calor, fresco. "En época de de calefacción llevar poca ropa es incoherente con quejarse de frío en la oficina", se apunta.

En el Plan de Contingencia Energética, que entrará en vigor el 1 de septiembre, se pretende ahorrar no sólo electricidad y gas sino cualquier otro combustible que se emplee en el sector público. Y sin duda, el ahorro de combustible es otra de las directrices que se plantea seguir a todos sus trabajadores públicos, alrededor de 140.000 en el conjunto de los distintos niveles de la Administración. El plan contempla recomendar a sus empleados acudir a trabajar en bicicleta o a pie, en los casos que sea posible. En su defecto, en transporte público.

"¡Niño, la luz!"

Ya lo dijo el pasado jueves la ministra para la Transición Ecológica, la vicepresidenta Teresa Ribera, habrá que volver a recordar aquellos de "¡Niño, la luz!" para no realizar consumos innecesarios. En el conjunto de los organismos públicos vascos se va a poner el foco en apagar luces y ventilaciones en las estancias que no se estén empleando. De igual manera se recuerda que ventilar una estancia cuando el sistema de refrigeración o calefacción está funcionando es un error y una eficiencia energética.

La Administración vasca también le quiere plantar cara al agua caliente, al menos a la que no es necesaria. Incluso se insta a suprimir o desconectar los termos eléctricos.