Economía

La banca europea tiembla ante la posible quiebra financiera de Credit Suisse

Sede de Credit Suisse.

Sede de Credit Suisse.

Credit Suisse ha hecho saltar todas las alarmas. La banca europea ha vuelto a temblar ante una posible quiebra financiera. Ulrich Koerner, consejero delegado de Credit Suisse, admitió que la entidad se encuentra en una situación «crítica». Una afirmación que se ha podido medir con los Credit Default Swaps (CDS), es decir los seguros de impago, que se utilizan para cubrir riesgos de impagos por parte de los inversores. En el caso del banco suizo, este instrumento ha llegado a situarse en los 278,2 puntos básicos en su horizonte a cinco años.

Esta cifra supone su cota máxima y un alza del 11,6% respecto al viernes. Los inversores vieron este lunes un peligro en este banco, que llegó a desplomarse un 12% en bolsa y tocó un mínimo en los 3,54 francos suizos. Sin embargo, acabó la sesión con una caída del 0,93%. A pesar de que finalmente la caída no ha sido tan pronunciada como se esperaba, durante la sesión la entidad suiza ha arrastrado a todos los bancos europeos. Algo que ha hecho recordar el desplome de hace 14 años de Lehman Brothers.

Más allá de las declaraciones del CEO, en el mercado hay rumores sobre una posible ampliación de capital para una reestructuración. El efecto dominó que ha tenido en bolsa con el resto de entidades financieras ha sido lo que ha hecho que se alerte sobre si la quiebra de Credit Suisse podría tener el mismo efecto dominó y que produjese la quiebra de algún banco más.

Cuando la entidad caía un 9%, el Euro Stoxx Banks se dejaba un 2% y ninguno de los 22 bancos cotizaba en positivo. El alemán Deutsche Bank era el que registraba la mayor caída, del 4,5%. Los bancos españoles, por su parte, cedían en torno a un 2%. El banco italiano MedioBanca es el que registra la caída menos pronunciada, del 0,67%. Finalmente, la situación se ha dado la vuelta y el índice de bancos europeos ha cerrado con una subida del 1,07% y solo cinco bancos han cerrado en negativo: el holandés ABN Amro, el alemán Commerzbank, el español CaixaBank, el alemán Deutsche Bank y el belga KBC Groep.

A pesar de la situación crítica, el consejero delegado ha pedido a los inversores tiempo para cumplir con la nueva hoja de ruta y ha mandado un mensaje de tranquilidad a sus empleados. El 27 de octubre, la entidad presentará su plan estratégico para poder seguir con el negocio, aunque podría cambiar algo. De hecho, la entidad ha señalado además que seguía adelante con su revisión que incluye posibles desinversiones y ventas de activos.

Desde KBW creen que la empresa podría necesitar recaudar unos 4000 millones de dólares de capital incluso después de vender algunos activos para financiar cualquier reestructuración o esfuerzos de crecimiento. Los analistas apuntan a que hay que esperar al 27 de octubre para ver cómo se produce esa reestructuración y poder analizar a la entidad y sobre todo saber si será viable en el futuro.

Aquí vuelve a producirse la frase de ‘demasiado grande para caer’. Muchos analistas aseguran que aunque es posible que Credit Suisse, uno de los mayores bancos suizos entre en impago, es poco probable.

Por otro lado, lejos de las dudas sobre su viabilidad, Credit Suisse lleva acumulados varios problemas y escándalos. En 2019, estuvo involucrado en un caso de espionaje corporativo y fue multado en Reino Unido y EEUU por un escándalo de corrupción por sobornar a miembros del gobierno de Mozambique. A esto hay que sumar los cambios en la dirección de la compañía, que ha acumulado tres consejeros delegados en un año.

Tampoco han acompañado los resultados empresariales. El año 2021 cerró con pérdidas y el 2022 no ha comenzado de manera distinta. Según los últimos datos, entre abril y junio, Credit Suisse registró pérdidas de unos 1.625 millones de euros que contrarrestaron con las ganancias de 258 millones del mismo trimestre de 2021.

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