Después de años de incertidumbre y cambios normativos, el autoconsumo solar se ha convertido en una opción atractiva no sólo para particulares, sino también para pequeñas y medianas empresas. La creación de un marco legal favorable y la aprobación de incentivos y ayudas por parte de las administraciones hacen que invertir en una instalación solar, en un contexto de encarecimiento de la energía y de emergencia climática, salga a cuenta en todos los sentidos.

Tras la derogación en 2018 del llamado impuesto al sol que penalizaba algunas instalaciones, el Gobierno aprobó en 2019 una serie de actuaciones para regular y fomentar el autoconsumo y, con ello, la contribución de este tipo de generación a la transición energética. Se eliminó el límite de potencia, se simplificaron los trámites administrativos, se aprobó la compensación y venta de los excedentes energéticos y se legalizó el autoconsumo colectivo y el alquiler a terceros de tejados y cubiertas, entre otras medidas.

Ayudas a la instalación de hasta el 50%

En junio de 2021, como parte del Plan de Recuperación diseñado por el Gobierno de España, se aprobó una línea de apoyo al autoconsumo de 900 millones de euros. El programa contempla subvenciones de hasta el 45 por ciento del coste de la instalación para pymes y del 50 por ciento para el autoconsumo colectivo. El éxito de la iniciativa motivó que en mayo de este año el Gobierno ampliara las ayudas.

La consolidación de este marco favorable, al que contribuyen las actuaciones específicas de las comunidades autónomas y otras administraciones, se produce en un momento crítico para muchas pequeñas empresas, cuando el aumento exponencial de los precios de la energía ha tensionando su estructura de costes y sus márgenes. El autoconsumo solar ofrece una gran oportunidad de ahorro, con reducciones de la factura de hasta el 50 por ciento, que puede aliviar esa presión y ayudarles a ser más competitivos.

Por otro lado, el sector de las renovables ha dado un gran salto tecnológico en los últimos años, y, en el caso de la energía solar, los paneles son más baratos, eficientes y con una vida útil más larga. Esto permite que las inversiones queden amortizadas en un plazo mucho más breve, de entre cinco y diez años, en función del tipo de instalación y de las ayudas recibidas.

¿Cómo pasarse al autoconsumo?

Hoy son muchas las empresas que ofrecen sus servicios para que particulares y pymes puedan pasarse al autoconsumo sin quebraderos de cabeza, ocupándose de todas las fases del proceso. Pese a las facilidades descritas, una instalación de este tipo –salvo que tenga una potencia inferior a 100 kW o no esté conectada a la red– requiere de una serie de procedimientos y trámites: presentación del diseño de la instalación, solicitud de permisos de acceso y conexión, autorizaciones ambientales y administrativas, licencia de obras, inspecciones, contratos, registros ante la distribuidora…

Compañías como Novaluz, especializadas en pymes y autónomos, ofrecen su equipo y su experiencia para que ninguna empresa desaproveche la oportunidad de ahorrar costes y ser más sostenibles gracias al autoconsumo solar. Se ocupan de todo, desde el estudio previo a la conexión a la red, pasando por la tramitación de las subvenciones.

Es importante elegir una compañía solvente, que se comprometa a realizar la instalación en el plazo más breve posible, ofrezca unas buenas condiciones para la adquisición del excedente de energía en caso de producirse, brinde una atención personalizada y utilice los mejores materiales disponibles –Novaluz, por ejemplo, avala la calidad de sus placas con un periodo de garantía de hasta 25 años–.