La factura de la luz, el precio del combustible, las dificultades de acceso a la vivenda, el incremento del coste los alquileres y en definitiva, la inflación, es el dolor de cabeza que más se repite en los últimos tiempos en los hogares españoles. El azote de la pandemia del coronavirus, la guerra de Ucrania y los efectos de la sequía y el cambio climático han zarandeado la economía nacional hasta registrar una inflación media en 2022 del 8,4%, la más alta desde 1986. Mes a mes, el Índice de Precios de Consumo (IPC) ha rebajado sus impulsos pese al repunte de abril; sin embargo, el elemento más necesario de los que lo conforman no se contiene: los alimentos.

Si bien en la última referencia de abril los precios de los alimentos, aumentaron este año menos de lo que lo hicieron un año antes, son varios los meses en los que han crecido a tasas de dos dígitos. Como en marzo, que repuntaron un un 16,5% en marzo pese a que el IPC cayó hasta el 3,3%. El impacto de la larga sequía en las cosechas, la prolongada crisis de precios, como los de la energía, que encarece toda la cadena de valor y otros factores como el avance de la gripe aviar en la cabaña ganadera han generado el cóctel perfecto para que los precios de los alimentos continúen al alza.

Entre los diez componentes de la lista de la compra más afectados por la inflación respecto a marzo de 2022 se encuentran varios productos lácteos, legumbres y hortalizas o harinas y cereales. El alimento que más se ha encarecido en el último año es el azúcar, con una subida del 50,4% según el INE (Insituto Nacional de Estadística).

Los alimentos que más han subido de precio

El aumento en el precio de los alimentos deja una subida media del 31,84% en los diez productos más inflacionados. A más de diez puntos del destacadísimo azúcar se sitúa la mantequilla, con un coste para el consumidor de un 37,7% más que en la misma referencia del año anterior. El aceite de oliva cierra el top tres de los alimentos con mayor incremento, un 32,1% más sobre todo por la mengua de la cosecha por la sequía.

Tal y como recoge Efeagro, en los mercados de futuros, según el último informe mensual del ISO, el azúcar registró las cotizaciones más altas de los últimos cinco años en marzo -que ya había alcanzado en febrero- y a finales de esta semana en el mercado de Nueva York superaba los índices más altos de los últimos diez años; ha rondado los 700 euros/tonelada.

Según la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en marzo el azúcar registró el segundo aumento mensual consecutivo (1,5 %) y el nivel más elevado desde 2016, a causa de las preocupaciones sobre la disminución mundial de existencias por descensos en China, la India y Tailandia.

La leche es sin duda uno de los protagonistas del listado. Después de las reivindicaciones y huelgas de los productores de leche por el escaso o ningún beneficio que reportaban sus explotaciones, el precio de la leche entera y desnatada ha crecido un 30,8% y un 30,3% respectivamente.

La categoría lechera debe su fenómeno inflacionista a una unión de factores críticos para el ganadero: el precio de los piensos se han duplicado en un año, y los costes energéticos han provocado a un encarecimiento del valor del producto a lo largo de toda la cadena, desde el campo a la mesa. Hace un año el litro de leche se vendía a una media de 59 céntimos en los supermercados y ahora en torno a ese precio ronda la remuneración para el primer eslabón, es decir, el de venta del ganadero a la industria, lo que muestra el encarecimiento aplicado.

El elemento 'Otros productos lácteos' ocupa la novena posición con un 27,4% más de precio en un año. El ránking lo cierran 'Harinas y otros cereales', con una subida del 24,9%.

'Salsas y otros condimentos' y 'Otros productos de panaderías' se distinguen en el sexto y séptimo puesto con una inflación interanual del 29,1% y 27,9% debido en buena parte al empuje en el ázucar. Asimismo, el valor de 'Legumbres y hortalizas frescas o refigeradas excepto patatas y tubérculos' ha crecido un 27,8%.