El Camp Nou (Campo Nuevo en castellano) ha reactivado el sentido de su nombre. El pasado lunes, pala en mano, el presidente del FC Barcelona Joan Laporta tuvo el honor de colocar la primera piedra del renovado gigante sobre el que el FC Barcelona tratará de construir su futuro. El transatlántico del Espai Barça -el proyecto para transformar el Camp Nou, el nuevo Palau Blaugrana y el Campus Barça- ha requerido la misma exigencia para costearse que la dificultad arquitectónica que presentará para levantarse.

El club ha cerrado la financiación del Espai Barça con un total de 20 inversores por un valor de 1.450 millones de euros. Entre estos socios hay nombres de referencia como Goldman Sachs, JP Morgan, JLL, Pérez-Lorca, DLA Piper, Key Capital Partners, Legends e IPG 360, entre otros. La estructura de la financiación tiene diferentes tramos a 5, 7, 9, 20 y 24 años, y una estructura flexible, que cuenta con un período de carencia. El FC Barcelona empezará a repagar la operación cuando las obras del estadio hayan finalizado, con los ingresos generados por el Spotify Camp Nou, que está previsto que sean de unos 247 millones de euros anuales aproximadamente.

La operación se ha producido durante una etapa de extrema delicadeza económica para la entidad, que durante los últimos tiempos ha tenido que vender parte de su partimonio para mantener su músculo empresarial. El verano de 2022 se conoció como el de las palancas, ya que Laporta activó cuatro operaciones para que el Barça tuviese chequera disponible.

El primer gran movimiento del FC Barcelona fue vender el 10% de sus derechos televisivos a Sixth Street por 25 años por 207,5 millones de euros. El negocio con la compañía estadounidense se amplió, ya que al poco tiempo se dio un extra del 15% de los derechos de televisión a Sixth Street por 330 millones de euros. El tercer y penúltimo paso conllevó la venta del 24,5% de Barça Studios a Socios.com, mientras que la "oxigenación" se consolidó con la cesión de otro 24,5% de Barça Studios por 100 millones euros a Orpheus Media, de Jaume Roures.

Uno de las grandes titulares que ha destacado el FC Barcelona sobre su acuerdo de financiación es que se ha concretado "cumpliendo los criterios aprobados en el referéndum, sin garantía patrimonial del club ni hipoteca del estadio"; sin embargo, esto ha tenido un coste para el conjunto culé, ya que según ha informado El Confidencial, el 70% de la deuda para el nuevo Camp Nou se ha colocado a un interés de más del 7%, lo que distorsiona la cifra asegurada por el director financiero del club Manel del Río de haber colocado los 1.450 millones de euros de deuda para el Espai Barça a un interés medio del 5,53%.

Hueco de una de las gradas del Camp Nou ya derribadas

Del 1957 al 2025: la evolución del Camp Nou

El FC Barcelona encontró su casa en el viejo campo de Les Corts, inaugurado en 1922. Después de jugar en varias localizaciones, el conjunto blaugrana cimentó su historia en Les Corts, donde obtuvo su primer feudo en propiedad. La masa social aumentó y aunque fue remodelado en varias ocasiones, Les Corts se quedó pequeño. El entonces presidente, Agustí Montal Galobart, firmó en 1950 una opción de compra sobre unos terrenos de la zona de la Maternidad, donde se proyectó el nuevo estadio, encargado a los arquitectos Francesc Mitjans Miró, primo hermano de Miró-Sans, y Josep Soteras Mauri, con la colaboración de Lorenzo García Barbón.

288 millones de pesetas, el Camp Nou abrió sus puertas un día de la Mercè, el 24 de septiembre de 1957. El anfiteatro, compuesto principalmente de homirgón y hierro, contaba con capacidad para 99.053 espectadores (se había abandonado el viejo proyecto de llegar a las 150.000 personas) y las dimensiones del terreno de juego eran de 107 por 72 metros (actualmente son 105x68, tal y como dispone la UEFA).

Algunas de las reformas que más modernez aportaron al coliseo culé fueron la inauguración del alumbrado (1959), el marcador electrónico situado en Tribuna 2ª gradería (1976) o los palcos privados; aunque a nivel estrucutural destaca la ampliación de 22.150 plazas nuevas en la tercera grada de 1982, o las obras de 1994 para rebajar 2,5 metros el nivel del terreno de juego, lo que permitió la ampliación de las gradas bajas y la conversión de las localidades de pie en localidades de asientos y acabó del foso de seguridad que rodeaba el terreno de juego. Con el cambio de siglo, el aforo se quedó en los 99.354 asientos de la actualidad, lo que le convierte en el estadio con más capacidad de Europa.

Fotografía de la inauguración del Camp Nou, el 24 de septiembre de 1957

El germen del FC Barcelona Femenino juega su primer partido en el Camp Nou, navidad de 1970

Futuro del Camp Nou

Nikken Sekkei es el estudio de arquitectura encargado de conservar la identidad del Camp Nou al tiempo que lo convierte en un estadio de útlima generación. Según apunta el FC Barcelona en su web, "mantendrá el carácter mediterráneo, abierto, con amplias te­rrazas, que son los signos de identidad del pro­yecto constructivo". Además, sumará "mejoras para maximizar su potencial económico y, sobre todo, minimizar las afectaciones a los socios y socias abonados, además de actualizar el proyecto en términos de innovación, tecnología, sostenibilidad y accesi­bilidad".

El futuro Camp Nou incorpo­rará una pantalla 360º en el interior que ofrecerá una nueva experiencia al público. Los avances tecnológicas mejorarán el sistema de seguridad y control de acceso de vehículos y sacará máximo rendimiento de las posi­bilidades que ofrecerá la conectividad del 5G. La cubierta incorporará un sistema de geotermia y una dis­tribución de frío y calor global (District Heating & Cooling) para convertir el Espai Barça en un re­ferente de sostenibilidad. La cubierta estará envuelta con 30.000m² de placas solares para generar energía fotovoltaica.

Camp Nou en sus primeros años

Proyección del Espai Barça para el entorno del Camp Nou

Los VIP ganarán espacio en el Camp Nou. El anillo VIP de la primera grada se colocará más arri­ba, entre la segunda y la tercera grada, con un doble anillo inde­pendiente que aumenta considerablemente la capacidad de los palcos VIP y así permite la ob­tención de más ingre­sos que servirán para financiar el proyecto. La tercera grada renovará por completo con una distribución más operativa y funcional para disponer de espacios más amplios para el socio y el club. Esa nueva tercera grada concentrará los espacios VIP. Además, se optimiza la primera grada, donde desaparecen los pasillos sub­terráneos, se ganan asientos y se mejorará la accesibilidad.

El Camp Nou tendrá aforo para 105.000 espectadores que estarán bajo techo en caso de condiciones desfavorables gracias al techo retractil y la finalización de sus obras está prevista para finales de 2025.