Economía

La OCDE mejora su previsión de PIB para España pero advierte de que es necesario impulsar la productividad

Espera que la economía española avance un 2,1% en 2023, cuatro décimas más de lo que preveía en marzo, y un 1,9% en 2024, dos décimas más | La inflación prevé que se relaje hasta el 3,9% en el conjunto de este año y del próximo, unas décimas por debajo del anterior pronóstico en ambos casos

Un trabajador limpia los corrimientos de tierras en el Parque do Río Rato, en Lugo, Galicia.

Un trabajador limpia los corrimientos de tierras en el Parque do Río Rato, en Lugo, Galicia. Carlos Castro / Europa Press

La OCDE se suma a la tendencia general del resto de instituciones que realizan análisis macroeconómicos y ahora cree que España crecerá este año y el próximo unas décimas más de lo previsto hace tres meses, así como que la inflación media será algo menos alta de lo que parecía. Al mismo tiempo, el organismo advierte de que siguen existiendo un importante número de riesgos que podrían hacer tambalearse estos pronósticos, y pide al Gobierno que se centre en aumentar la productividad y reducir la tasa de desempleo.

En concreto, el club de países ha mejorado su previsión de crecimiento del PIB español para 2023 hasta el 2,1%, cuatro décimas por encima del 1,7% que esperaba en marzo, y hasta el 1,9% para 2024, dos décimas más que el también 1,7% que preveía hace tres meses, recordando al mismo tiempo que el crecimiento del PIB español durante los dos últimos años ha sido del 5,5%. Y rebaja su previsión de inflación media para 2023 hasta el 3,9%, frente al 4,2%, del mismo modo que hace con la de 2024 hasta el mismo nivel -3,9%-, frente al 4% que esperaba en su anterior análisis.

Pero el frenazo de la economía española no será un fenómeno exclusivo de nuestro país, sino generalizado. "La economía mundial está dando un giro, pero aún tiene un largo camino por delante para alcanzar un crecimiento fuerte y sostenido", asegura en el informe Clare Lombardelli, economista jefe de la OCDE. En su resumen de la situación, Lombardelli reconoce que el PIB mundial se ralentizó importantemente a lo largo de 2022, pero que muchos de esos peligros ahora se están disipando, como se aprecia con la caída de los precios de la energía y de la inflación, el alivio de los cuellos de botella y la reapertura de la economía china, junto al fuerte tirón del empleo, todos factores que están contribuyendo a impulsar la economía.

Como todas las de los últimos años, estas previsiones están sujetas a un buen puñado de riesgos que en el caso de España incluyen un recrudecimiento de la guerra en Ucrania que dispare de nuevo los precios de la energía, así como vulnerabilidades financieras, y la subida demasiado rápida de los tipos de interés, que podría aumentar el riesgo de un contagio a todo el sistema financiero. Del lado contrario, un alivio de las presiones inflacionistas más rápido de lo esperado podría permitir que los bancos centrales relajen antes su política monetaria, lo que estimularía el consumo.

Pero de nuevo hay que tener en cuenta que muchos de estos riesgos son compartidos. La OCDE recuerda que la inflación subyacente sigue siendo "obstinadamente" alta a nivel mundial, por encima de lo que se esperaba, y que los niveles de deuda son demasiado elevados. Por eso, los bancos centrales tienen que mantener una política monetaria restrictiva (es decir, tipos de interés altos) hasta que haya signos de que los precios van a reducirse a medio plazo. Al mismo tiempo, los gobiernos deberán estar atentos, porque la política monetaria está revelando algunas vulnerabilidad en los mercados financieros.

Una necesaria mejora de la productividad

La OCDE es optimista en muchos aspectos cuando analiza el caso de España. Opina que la menor inflación y un mercado de trabajo resiliente van a apoyar el consumo de los hogares, y que la implementación del Plan de Recuperación asociado a fondos europeos impulsará importantes inversiones públicas que podrán incrementar el crecimiento potencial. Pero del lado contrario espera que la política fiscal se endurezca para hacer frente a la fuerte deuda e insiste, como tantas otras instituciones, en que las medidas para mitigar el impacto de los altos precios deben desaparecer.

Del mismo modo recuerda que el país tiene importantes deberes pendientes. "Continuar haciendo frente al bajo crecimiento de la productividad y a reducir la dependencia de los combustibles fósiles debe ser una prioridad", dice el informe, remarcando aquí y allá que se necesitan continuos esfuerzos para impulsar la productividad y la innovación. Sí, los fondos europeos pueden impulsar el crecimiento potencial, pero se deberían priorizar las iniciativas que mejores las habilidades de los jóvenes y enfoquen mejor su salida hacia el mercado laboral, y también las políticas activas de empleo, para una "recuperación inclusiva".

En ese mismo sentido, el club de países recuerda que mejorar el acceso a colegios para niños de menos de tres años puede impulsar el empleo entre las mujeres, y remarca que debería ser una prioridad incrementar la inscripción de las jóvenes en carreras STEM.

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