El estatuto del becario que han firmado este jueves el Ministerio de Trabajo, Comisiones Obreras y UGT no saldrá adelante, salvo cambio de última hora, por el veto de parte del Gobierno. El ala socialista del Ejecutivo por el momento descarta que el acuerdo sea aprobado en el consejo de ministros durante las próximas semanas, argumentando que está "muy verde", según han explicado fuentes del mismo a este periódico.

Desde los sindicatos manifiestan la misma sensación. Por dos motivos. En primer lugar, porque Nadia Calviño no estaría de acuerdo con dar protagonismo a Yolanda Díaz a días de las elecciones generales y mientras la ministra de Trabajo hace campaña por Sumar, la plataforma electoral con la que se presenta a los comicios. En segundo, porque los socios parlamentarios del Gobierno, sobre todo ERC y Bildu, se muestran reticentes a dar su apoyo a esta nueva ley, ya que están recibiendo presiones de la comunidad universitaria para que no salga adelante.

El apoyo de otros grupos parlamentarios es imprescindible para que la Diputación Permanente del Congreso de los Diputados -el "Congreso en funciones" ahora que las Cortes están disueltas- apruebe el texto, cosa complicada que suceda antes de las elecciones. ERC y Bildu no han expresado su posición de forma pública, pero el malestar que están manifestando desde la comunidad universitaria hace que los partidos tengan más difícil dar su sí al estatuto en comunidades autónomas en las que las universidades tienen un importante peso político.

Hay que recordar que el texto del estatuto del becario permite que los estudiantes de prácticas sigan realizándolas sin cobrar, y que no elimina las extracurriculares como en un primer momento se contempló. Sí incluye por primera vez que las empresas deben pagar los gastos en los que incurra el estudiante, y también limita las horas que estos pueden realizar prácticas extracurriculares hasta las 450 horas en total. Ahora, la ley permite que un becario encadene prácticas sin límite siempre que consiga un convenio entre una institución educativa y una empresa.

Calviño: Podemos "prácticamente no ha tenido influencia" en la política económica del Gobierno

No es la primera vez que la parte socialista del Gobierno trata de apartar a la vicepresidenta segunda con tal de absorber todo el voto útil posible de cara a las elecciones, buscando tanto para aspirar a un mejor resultado del previsto en las generales como para, en caso de poder reeditar el Ejecutivo, depender menos de sus socios.

En esa línea el líder socialista optó por adelantar las elecciones generales cuando ni estaba mínimamente tejido un acercamiento entre Sumar y Podemos, y después de que la formación morada obtuviese un mal resultado en las elecciones autonómicas y municipales. También en ese sentido en el PSOE reforzarán la idea de que el voto a su partido es el voto útil de la izquierda para parar a las derechas.

El último exponente de esta línea estratégica se hizo evidente esta semana cuando la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, ninguneó a la líder de Sumar y al trabajo de toda la parte morada asegurando que aunque el balance del Gobierno de coalición en su conjunto sea "muy positivo", el socio minoritario "no ha tenido prácticamente ninguna influencia en la política económica". La también ministra de Economía quitaba así importancia a que gracias a Yolanda Díaz más de 3,6 millones de personas que pudieron cobijarse en lo peor de la pandemia gracias a los ERTE y también a la reforma laboral, que ha traído más contratos indefinidos —una parte de ellos, cierto, fijos discontinuos— y una clara caída de la tasa de temporalidad.