Dieciocho kilómetros de asfalto separan las localidades zamoranas de Villalpando y Villafáfila. Los dos pueblos, de 1.436 y 458 habitantes respectivamente, encuentran en las ovejas y el queso gran parte de su sustento económico. En Villalpando se localiza el foco de la discordia, el Consorcio de Promoción del Ovino, la mayor cooperativa de ovino lácteo de España de la que 49 socios de Villafáfila pretenden salir "por mala gestión y falta de transparencia".

"El hecho de que se escenifique la salida del Consorcio diciendo que no se les ha dejado segregar amistosamente y una serie de cuestiones con muchos matices, generan un conflicto social en un entorno geográfico donde hay primos, hermanos y vecinos involucrados", señala en conversación con El Independiente José Antonio Asensio, gerente del Consorcio de Promoción del Ovino, sobre la forma en la que Julio César González, exvicepresidente del Consorcio y portavoz de los villafafileños que han creado la Cooperativa Ovino Las Avutardas, ha anunciado su marcha y la de sus paisanos de la mayor cooperativa de ovino lácteo de España.

La fuga de los 49 socios se atribuye a que los miembros no pueden conocer el precio de venta de la leche a la industria láctea, los gastos de salarios de los empleados o las ventas de la quesería que el Consorcio ha abierto en Villalpando. "Tanto los contratos como los sueldos se tratan en el Consejo Rector, por lo que todos los miembros, como es Julio César González desde 2017, son conocedores de esos datos", apunta Asensio.

Según el documento de Las Avutardas, su aportación al consorcio con sede en Villalpando es del 25 % de la leche que comercializa, por lo que la confirmación de su marcha repercutiría en la actividad de la gran cooperativa. Ante este tipo de situaciones, el Consorcio prevé en sus estatutos que un ganadero tiene que preavisar con un año de antelación para causar baja y así adaptarse a las circunstancias.

"Si el Consejo decide que el plazo para dejar de comercializar con ese ganado puede ser menor y está de acuerdo se puede causar baja en menos tiempo, no hay que seguir obligatoriamente y disconforme en el Consorcio un año entero. Lo que más nos importa es el que ganadero esté a gusto, si no lo está no tenemos ningún problema en que se marche. Atenderemos cada baja de forma individual para que cada uno tome su propia decisión", explica Asensio, lo que contradice la afirmación de Las Avutardas sobre que sus bajas tardarán un año en ser efectivas. "Tenemos que respetar unos contratos y unos compromisos. La capacidad de negociación del Consorcio se fundamenta en el compromiso de lo que comercializa", añade.

Choque de versiones

Uno de las grandes discordancias entre el Consorcio de Villalpando y la Cooperativa Ovino Las Avutardas es que desde la última se acusa de falta de transparencia, mientras que Asensio recalca que si "Julio César González o cualquier otro socio pide al Consejo Rector información sobre el precio de venta a la industria o los salarios, se le da. Lo que no puede hacer es pedirla sin someterse a la confidencialidad que obliga la ley".

Desde la Cooperativa Ovino Las Avutardas han manifestado una voluntad de "segregación amistosa sin éxito", algo que desde el Consorcio de Promoción del Ovino niegan. "Nos regimos por unos estatutos y para que el Consejo Rector plantee una segregación a la Asamblea en primer lugar tenía que haber estado documentada y firmada, de alguna manera formalizada. En ningún caso es el Consejo Rector el que toma la decisión, tienen que ser todos los socios los que decidan, tanto para un proceso de segregación como uno de fusión", indica Asensio.

El gerente del Consorcio de Promoción del Ovino denuncia que la puesta en escena de Las Avutarda "causa un daño muy importante a la imagen de la cooperativa", algo que considera totalmente intencionado, ya que alude a que "la baja la puede formalizar individualmente cada socio cuando quiera. Pero hacer esta escenificación de sus verdades…", lamenta.

La conclusión que llega desde Villalpando es clara; "Cuando hay una ley que se fundamenta en mayorías puede que haya personas que no están de acuerdo, pero si el Consejo Rector decide avanzar hay dos opciones: o te mantienes asumiendo las normas o te vas", concluye Asensio.