Buena parte de la culpa de la nueva subida de la inflación en el mes de julio la tienen los alimentos, que escalaron cinco décimas hasta el 10,8%. El Índice de Precios de Consumo (IPC) se elevó en un 0,2% en julio respecto al mes anterior y un 2,3% en tasa interanual. El dato del Instituto Nacional de Estadística (INE) acaba con meses de caídas. Pero también refleja cómo algunos alimentos básicos en cualquier hogar son mucho más caros que hace un año.

La carne de cerdo, la leche, los huevos o el aceite se han disparado hasta un 20% en un año. Y pese a que algunos productos marcan ya bajadas de apenas unas décimas, hay otros como las frutas y verduras frescas que no paran de subir de precio, especialmente afectadas por la sequía que azota al país.

Las tablas del INE muestran como respecto a julio de 2022, aceites y grasas han incrementado su precio un 20,4%. El sector del aceite de oliva está constatando ya retrocesos en el consumo del virgen extra debido a las subidas constantes de precios. Y debido a la falta de agua y la corta cosecha que se prevé que haya en la próxima campaña, no parece que el precio de la botella de aceite se vaya a moderar. De hecho, no para de subir en los lineales y en origen.

Por su parte, en el ámbito de las carnes, el porcino es el que marca una subida mayor, con un crecimiento del 15,8% respecto al mismo mes del año anterior. En lo que va de año se ha incrementado ya un 10,9%. Junto al pollo, es una de las carnes refugio para los hogares con menos poder adquisitivo, que ven prohibitivos los precios de otras como la ternera, que sin embargo, marcó una bajada de tres décimas en julio respecto al mes anterior. En tasa interanual acumula una subida del 7,1%.

Los productores atribuyen la escalada de precios a la fuerte subida que registra el precio del pienso y a los elevados costes energéticos que deben afrontar las explotaciones. Las carnes de ave, por ejemplo, solo han subido un 3,8% respecto a hace un año. Por contra, los huevos experimentan un crecimiento del 12,8% frente a julio de 2022 y en lo que va año han incrementado su precio un 3,7%.

En cuanto a la leche, es un 17,7% más cara que hace un año. La distribución decidió mover hacia arriba los precios unos cuantos céntimos para permitir que los ganaderos pudieran cubrir los costes de producción, como marca la nueva Ley de la Cadena Alimentaria. Aunque según los datos del INE, en lo que va de año ha bajado un -0,1% de precio. Los productos lácteos, como yogures y quesos, acumulan un incremento respecto a julio de 2022 del 11,8%. Eso sí, desde enero solo han subido un 1%.

El azúcar, por su parte, se ha incrementado un 44,2% respecto a hace un año y las patatas un 16,7%. Asimismo, el agua mineral, los refrescos y zumos son un 13,4% más caros y los preparados de legumbres y hortalizas cuestan un 13% más. El pan es un 4,9% más caro y el pescado fresco o congelado apenas ha subido un 3,8% en un año, aunque ha crecido un 1,2% en el último mes.

Este jueves, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) publicó un informe en el que aseguraba no haber encontrado indicios de que las cadenas de supermercados y los comercios hayan evitado trasladar íntegramente a los precios la bajada del IVA aprobada por el Gobierno desde comienzos de este año para algunos alimentos básicos.

El estudio concluye que no ve problemas sistemáticos ni diferencias entre las zonas geográficas con una mayor y menor concentración de establecimientos de distribución alimentaria. Tomando como referencia las variaciones de precios observadas entre el 27 de diciembre y el 4 de enero, la CNMC cree que en general se ha producido una traslación elevada de la rebaja del IVA decretada por el Ejecutivo.

A finales de junio, Moncloa decidió mantener la supresión durante seis meses más del IVA del 4% que se aplica a todos los alimentos de primera necesidad, entre ellos el pan, la harina, la leche, los quesos o los huevos, y la rebaja del 10% al 5% del aceite y la pasta. Las rebajas estarán activas hasta el 31 de diciembre de 2023, siempre que la tasa interanual de la inflación subyacente esté por encima del 5,5%. Según el INE, en julio se situó en el 6,2%. Si se reduce por debajo de ese umbral en el mes de septiembre, se recuperaría el tipo impositivo habitual desde el 1 de noviembre.

Para Facua-Consumidores en Acción, el informe de la CNMC está hecho a la medida de los intereses de fabricantes y grandes empresas de distribución y denuncia que se ha realizado sobre un muy reducido número de productos.