La vertiginosa subida del euríbor ha provocado un aumento considerable de las cuotas de las hipotecas. Esto hizo que el Gobierno pusiera en marcha un nuevo Código de Buenas Prácticas hipotecario para en noviembre de 2022 en el que amplió los criterios para poder acceder. En los primeros siete meses del año se han presentado un total de 42.800 solicitudes para este código, pero solo un 9% han sido aprobadas. Es decir, en los 7 primeros meses del año se han aprobado 3.852 solicitudes del Código de Buenas Prácticas. 

Del total de solicitudes, el 40% ha sido rechazado (es decir, 17.120 solicitudes), en la mayoría de los casos por no cumplir con los requisitos del código. El 50% restante todavía está en periodo de tramitación, pero desde el Banco de España estiman que las aprobadas serán un 50% y las rechazadas otro 50%. No obstante, en el Informe de Estabilidad Financiera que se ha presentado este lunes, apuntan que todavía es pronto para hacer una valoración sobre cómo está funcionando el nuevo código porque es un periodo “muy corto” y además la morosidad en las hipotecas tarda en producirse de media dos años. 

Sin embargo, en el informe sí que apuntan a que el volumen de solicitudes, tanto del Código de Buenas Prácticas de 2012 reformado y el nuevo de 2022, en su solo semestre es alto en relación con la experiencia del código anterior. Ángel Estrada, director general de Estabilidad Financiera, Regulación y Resolución del Banco de España, explica que las solicitudes están siendo menor de las estimadas porque cuando ellos hicieron la proyección preveían un desempleo mayor y una caída de la renta. 

“Se ha producido una evolución del empleo y de la renta más positivo del que nosotros estimamos al principio”, ha señalado Estrada. Ante esto, el director general ha explicado que es pronto para hacer una valoración y saber si son muchas o pocas las solicitudes y las aprobadas porque es necesario tener más información. Además, ha recalcado que hasta tres años después se seguían recibiendo solicitudes del Código de Buenas Prácticas de 2012. Fue en 2017, cuando la economía mejoró, cuando se produjo un bajón de las solicitudes. 

Estrada ha insistido en que este tipo de medidas tienen sentido, siempre y cuando tengan un grado transitorio, porque deben considerarse excepcionales. “Los clientes son conscientes de todo lo que firman y hay una serie de condiciones que hay que tenerlas en cuenta en su conjunto”, ha añadido. 

Asimismo, considera que todavía es pronto para valorar si se prorroga o se amplía la renta a la que va dirigido el código, tal y como lo proponen en el acuerdo de PSOE y Sumar. “No es un proceso que se produzca de hoy para mañana, lleva tiempo”, ha apuntado Estrada y ha añadido que hay que ver cuánto tiempo se mantienen los tipos de interés altos y cómo se trasladan a las hipotecas. 

También ha señalado que sus conclusiones de cómo está funcionando este código son que van en la línea de lo esperado y de lo anterior. En este punto, Estrada ha matizado que hay que tener en cuenta que la situación económica de 2012 no era la misma que la actual y las condiciones de las hipotecas tampoco. 

Sobre el 40% de las solicitudes rechazadas, el informe muestra que el 90% de ellas se debe a no cumplir con los criterios. Desde la entidades explican que el no cumplimiento es variado ya que va desde que no están dentro del nivel de renta apuntado (29.500 euros), el valor de la vivienda es mayor o el incremento de la carga financiera que se ha producido no es tan alto como lo que marca el código. 

No obstante, sobre estas solicitudes rechazadas se han registrado unas 1.000 reclamaciones, de las que casi el 90% se han finalizado a favor del hogar. “Es acorde con la experiencia histórica”, aseguran desde el Banco de España. Además, han afirmado que ese 90% del rechazo porque no cumplen la norma está dentro de lo habitual.

Fuera del Código de Buenas Prácticas también ha habido movimientos. El Banco de España también analiza el resto de hipotecas fuera del Código de Buenas Prácticas y han constatado que ha habido reestructuraciones, refinanciaciones y un aumento de las revisiones de las condiciones. Lo que sí que han notado ha sido que muchas hipotecas a tipo variable se han pasado a tipo fijo. “Es positivo porque hace la situación financiera de los hogares más predecible”, ha puntualizado Estrada. 

Sobre un posible aumento en el número de las solicitudes en los próximos meses, el Banco de España ha explicado que no hay nada seguro, pero ha matizado que todavía hay hipotecas a las que no se les ha trasladado la totalidad de la subida del euríbor. Así, han explicado que el 30% de las hipotecas están pendientes de que se le revise su tipo de interés en más de 100 puntos básicos, es decir, en un 1%. Al resto de hipotecas se ha producido ya el grueso y la revisión es muy pequeña. 

No obstante, Estrada ha recordado que la hipoteca es lo último que se paga y que tienen que pasar de media dos años para que eso suceda y sucederá si hay eventos importantes como una caída de la renta o la pérdida del empleo. “Esta evidencia de la cultura de pago de las hipotecas en España era muy relevante y sigue manteniéndose”, ha puntualizado el director de Estabilidad Financiera.