La Comisión Europea cree que las previsiones sobre inmigración de Escrivá, sobre las que se asientan, en parte, los cálculos de la reforma de las pensiones, son demasiado optimistas. Según las nuevas proyecciones del órgano ejecutivo de la UE, con las que se elaborará el Ageing Report que se publicará en primavera, la llegada de inmigrantes descenderá bruscamente a lo largo de esta década y en 2050, cuando se habrá jubilado toda la generación del baby boom, España recibirá unos 196.000 inmigrantes, frente a los 450.000 que espera Seguridad Social.

Los inmigrantes son una parte muy importante de las previsiones en gasto en pensiones, puesto que los jubilados españoles van a dispararse en España a lo largo de las próximas décadas, al mismo tiempo que los adultos en edad de trabajar van a reducirse -de ahí las dificultades para reformar el sistema de pensiones-. La culpa la tiene el baby boom español, que dio lugar a la generación que nació entre 1957 y 1977, la más numerosa de la historia, y también que hoy día cada mujer española tiene de media solo 1,1 hijos, mientras que la esperanza de vida no deja de crecer.

Todas esas dificultades son las que llevaron a los negociadores de la reforma a hacerse un buen número de preguntas. ¿Debería la pensión pública cubrir solo parte de la jubilación? ¿Es inevitable recortar estas prestaciones, dado que ahora cubren muchos más años que hace unas décadas, mientras que el dinero que el trabajador ha metido en la hucha es el mismo? Finalmente, el equipo del ministro José Luis Escrivá decidió no solo mantener las pensiones tal y como estaban, sino fijar por ley su incremento en base a la subida anual de los precios, y financiar este aumento del gasto con las cotizaciones sociales y otras medidas ya aprobadas.

Según los cálculos del Ministerio, el gasto en pensiones aumentará unos tres puntos de aquí a 2050 -cuando las cuentas deberán soportar la mayor presión por el baby boom-, pero ese incremento se compensará con los ingresos extraordinarios que generará la subida de cotizaciones sociales, por un lado, y con las medidas para desincentivar las jubilaciones anticipadas y para fomentar las jubilaciones demoradas. Como ya ha explicado en diferentes ocasiones este periódico, son cálculos que las instituciones que estudian las cuentas públicas ya han tildado de optimistas, entendiendo que la reforma deberá retocarse en unos años para volver a cuadrar las cuentas públicas.

En concreto, en el informe publicado -y adelantado por Infobae-, la Comisión Europea espera que el actual salgo migratorio -neto- caiga hasta los 220.000 inmigrantes al año en 2030, para descender hasta los 196.000 en 2050 y a los 185.000 en 2060. En cambio, los cálculos de Escrivá, que pueden consultarse en el informe Proyecciones del gasto público en pensiones en España, recientemente publicado y enviado a la Comisión Europea, muestran que el Ministerio espera un descenso del flujo de inmigración neta hasta los 200.000 alrededor de 2030, que después pasará a crecer hasta por encima de los 450.000 en 2050. Es decir, que para el año 2050 Bruselas espera que España reciba casi la mitad de migrantes que el Gobierno.

Paro, PIB, esperanza de vida

Pero las principales diferencias no se quedan solo en la llegada de migrantes, sino que tienen que ver también con el desempleo, el PIB y la esperanza de vida. El Ministerio prevé una tasa de paro en 2050 del 5,5%, mientras que la Comisión espera que sea del 6,4%. Las diferencias también son importantes a lo largo del resto del horizonte: el escenario de la Seguridad Social contempla una tasa del 11,4% en el periodo 2023-2030; del 8,7% en 2031-2040; del 6% entre 2041 y 2050; del 5,5% entre 2051 y 2060 y del 5,5% entre 2061 y 2070. En cambio, la Comisión espera que la tasa de paro para la población de entre 25 y 74 años sea del 12,5% en 2022, 10,5% en 2030, 8,8% en 2040, 6,4% en 2050, y 6,2% en 2050 y 2060.

En cuanto al escenario macroeconómico, el Gobierno en funciones estima un crecimiento del PIB nominal interanual del 4,9% para el periodo 2023-2030; del 4,1% entre 2031 y 2040; del 3,5% entre 2041 y 2050; del 3,5% entre 2051 y 2060 y del 3,6% 2061 y el 2070. Pero las previsiones de la Comisión son mucho más modestas, esperando que el PIB avance tan solo un 0,8% en 2030; un 1,6% en torno a 2040; un 1,3% en 2050 y 2060, y un 0,8% en 2070.

Por último, y esta vez en sentido contrario, es llamativo que el Gobierno prevea que la esperanza de vida va a aumentar mucho más de lo que cree Bruselas. Mientras que Seguridad Social estima que la esperanza de vida de las mujeres va a alcanzar los 91,4 años en 2050 y que la de los hombres llegará a los 87,1 años ese mismo año -alcanzando uno de los niveles más elevados de la Unión Europea-, la Comisión cree que entonces los hombres españoles vivirán mucho menos -84,8 años los hombres y 89,7 las mujeres- y que no alcanzarán las cifras previstas por Seguridad Social hasta alrededor de 2070.