La provincia de Jaén es la única de toda España que no ha creado empleo en los últimos cuatro años, sino que lo ha destruido. Según los datos de afiliación a la Seguridad Social que ha publicado este viernes el ministerio homónimo, la provincia andaluza ha perdido casi 5.000 empleados desde enero de 2020, un 2%, circunstancia que no se ha dado en ninguna otra de todo el país, puesto que en todas se han generado nuevos empleos en este periodo.

En contraposición, la Comunidad de Madrid ha creado más de 360.000 empleos en el mismo periodo de tiempo y la provincia de Barcelona más de 192.000. Les siguen otras más comparables con Jaén, como Valencia, Málaga y Alicante, que registran 100.000 en el primer caso y más de 60.000 en los otros dos. A nivel nacional, el empleo ha crecido un 7,8% en el mismo intervalo de tiempo.

En la parte baja de la tabla, justo por delante de Jaén, se encuentran otras provincias cuyo mercado de trabajo se ha comportado significativamente mejor. Frente al 2% de empleo perdido en Jaén, en Lugo y en Palencia el empleo ha crecido en un 1,6 y un 3%, respectivamente, lo que supone casi 2.000 empleos creados en ambos casos. Otras pequeñas provincias como Soria, Teruel y Ourense han generado un 5, un 4,5 y un 3% de empleo, lo que suponen más de 2.000 puestos de trabajo, mientras que Ávila, Zamora, Segovia y Cuenca han crecido a un ritmo del 5%, con entre 3.000 y 4.000 nuevos puestos de trabajo. 

Si se atiende solo a los datos de paro registrado, aunque puedan ser menos fiables que los de empleados afiliados a la Seguridad Social -porque no todo el que no tiene un trabajo suele apuntarse en las oficinas con esa finalidad-, se aprecia que Jaén sí ha reducido su nivel de desempleados registrados estos cuatro años, y que lo ha hecho en más de 5.000 personas. Es, sin embargo, una de las provincias que menos ha reducido su nivel de paro, aunque en este ránking está en mejor posición que Álava, Guipuzcoa, Granada, Bizkaia, Castellón, Almería, Barcelona y Valencia. 

En este sentido, hay que tener en cuenta que no todas las provincias tienen la misma capacidad para reducir su número de parados, fundamentalmente porque si se parte de un nivel especialmente bajo es más complicado. Por eso también hay que tener en cuenta la tasa de desempleo, que, en efecto, es especialmente baja en la mayoría de las provincias citadas, salvo por el caso de Granada, Castellón y Almería, o en la media en los casos de Valencia y Barcelona.

Granada lidera el ránking por tasa de paro

En cambio, la provincia con una mayor tasa de paro del país, si se atiende a los datos de la EPA, es Granada (21%), a que le siguen Huelva y Cádiz (con más de un 20%), muy lejos de las líderes del país, Soria, Álava y Lleida (5%); Guipúzcoa (6%), Zaragoza, Palencia, Lugo, Vizcaya y Segovia (7%), Valladolid y Coruña (8%), algo que en muchos casos se explica por la poca población. Madrid y Barcelona tienen un 10 y un 8%, respectivamente, mientras que la tasa nacional está algo por debajo del 12%. 

Los datos de paro y afiliación de enero han mostrado un mercado de trabajo que sigue destruyendo empleo cada principio de año, a consecuencia del fin de la campaña de navidad, pero aún fuerte, tal y como muestran los datos desestacionalizados. Si se compensa la destrucción de empleo de los meses en los que esta es más habitual con la creación del mismo en otros periodos, se obtiene que este enero el mercado laboral español ha registrado más de 38.000 nuevos trabajadores, casi en línea con la media de los años de expansión económica (entre 2014 y 2019 cada enero se crearon 43.000 empleos, también ajustando los efectos del calendario).

Así, pese a que el paro haya aumentado en 60.000 personas, la estadística da a entender que este comienzo de año la economía ha seguido avanzando con vigor, pese a la temida desaceleración que parecía acechar la actividad. Del lado de la contratación, se han firmado más de 1.185.600 contratos, un 1,2% menos que en el mismo mes de 2023, de los cuales el 43% fueron indefinidos. Si se atiende al conjunto de contratos en vigor en el mercado laboral, la tasa de temporalidad se sitúa en el 16%, casi en línea con la media europea y pese a que en el sector público continúa en el 30%.