El Gobierno mueve fichas para las elecciones europeas. Y estos movimientos podrían ocasionar importantes repercusiones dentro del organigrama ministerial del actual Ejecutivo de Pedro Sánchez. Uno de los nombres que suena con fuerza para que su carrera política continúe fuera de España es el de Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica.

Como subrayan diferentes fuentes del sector energético y voces socialistas “el nombre de Teresa Ribera está encima de la mesa”. Esto supondría que la titular de la cartera energética diría adiós al ministerio desde el que ha cogido peso en las decisiones tomadas en Bruselas. Las voces consultadas por El Independiente remarcan que “ahora toca saber el puesto que ocuparía la ministra”. Porque hay varias opciones: la primera es que vaya en las listas y que sean los españoles los que decidan si tiene un escaño en el europarlamento. La otra es la de que acabe como comisaria de energía.

"Es un debate que tendremos que clarificar en las próximas semanas…", dijo la propia ministra de Transición Ecológica y vicepresidenta tercera del Gobierno hace tan solo unos días en una entrevista en La Sexta.

"Yo soy una mujer de mundo, me gusta lo que hago, creo que lo que estoy haciendo es importantísimo y estoy a disposición de lo que se requiera en cualquier momento", prosiguió en dicha conversación. Desde el sector energético se tiene la convicción de que la ministra abandonará su actual puesto y pondrá rumbo a Europa, tras lidiar con empresas y con el resto de países durante la crisis energética.

Creación de la CNE

Como se mencionaba anteriormente, la posible salida de Teresa Ribera deberá acelerar algunos de los nombramientos que debe acometer el Gobierno en materia energética. Entre ellos, destaca el del nuevo regulador energético que ha sido aprobado por el Consejo de Ministros.

Este organismo velará por la regulación y la competencia en materia energética y por el buen funcionamiento y cumplimiento de las empresas del sector y del sector en su conjunto. Hasta la fecha, el CNE estaba dentro de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

El propio regulador, dirigido por Cani Fernández, dio el visto bueno para desligar de la CNMC este organismo. No obstante, pidió al Gobierno de Pedro Sánchez que fuera “independiente” del sector. La CNMC indica que "ha tenido dificultades y limitaciones importantes para gestionar de forma adecuada y gozar de suficiencia de recursos humanos y capacidad organizativa. Estas dificultades no son compatibles con el estatuto de independencia que la Comisión tiene asignado", explicó en un comunicado la Comisión.

Con todo, la ministra y su equipo deberán elegir al encargado de dirigir la Comisión Nacional de Energía. A pesar del secretismo por parte de Teresa Ribera sobre quién será el nuevo encargado de supervisar el sector energético, diversas fuentes ponen al marido de la propia ministra, Mariano Bacigalupo, al frente del organismo.

Las voces consultadas por este periódico remarcan que la “posible salida de Teresa Ribera podría ser fundamental para que Bacigalupo ocupe el puesto” anteriormente mencionado. De marcharse a Europa la titular de la cartera energética, se eliminarían los posibles conflictos de intereses que se pudieran ocasionar.

El anteproyecto de ley, al que tuvo acceso este periódico, afirma que “sin perjuicio de las competencias atribuidas a CNE dispondrá de un órgano de control interno cuya dependencia funcional y capacidad de informe se regirá por los principios de imparcialidad, objetividad y evitar la producción de conflictos de intereses”. De continuar la ministra dentro del Gobierno, impediría a su marido ocupar el cargo, pero si finalmente se marcha, Bacigalupo se perfilaría como uno de los candidatos.

Otro de los puntos conflictivos del anteproyecto de ley que genera dudas a la hora de acceder al puesto es el que incide en que los miembros del Gobierno puedan “solicitar” instrucciones a los órganos de la CNE.

Lo mismo ocurre a la inversa: “Ni el personal ni los miembros de los órganos de la CNE podrán solicitar o aceptar instrucciones de ninguna entidad pública o privada”, señala el anteproyecto. Las fuentes jurídicas coinciden en que este apartado impediría el código de buenas praxis debido a la relación personal entre Teresa Ribera y Bacigalupo.

Como se mencionaba anteriormente, la lista de candidatos está abierta y otro de los nombres que está en ella es el de Sara Aagesen. La secretaria de Estado de Energía es de la máxima confianza de la ministra Teresa Ribera y ha sido su mano derecha durante los últimos años, coincidiendo con la guerra de Ucrania, que provocó la subida de precios y la falta de materias primas en los meses más complicados para el suministro. Fuentes del sector energético destacan “el perfil técnico y el amplio conocimiento de Energía”.

La CNE se constituirá como entidad de derecho público de ámbito estatal, con personalidad jurídica propia y plena capacidad pública y privada, con funciones de carácter externo sobre sectores económicos o actividades determinadas, con autonomía orgánica y funcional, y plena independencia del Gobierno, de las Administraciones Públicas y del mercado. Asimismo, estará sometida al control parlamentario y judicial.