No habrá nada que contamine el comité federal que el PSOE celebra mañana sábado en Ferraz. Nada. Será únicamente un acto de apoyo al secretario general y presidente del Gobierno. Para pedirle que no dimita, que no se vaya. No se ratificará la candidatura del partido para las elecciones europeas, que era el propósito para el que estaba convocado el máximo órgano de dirección. La sede del PSOE se convertirá, dentro y fuera, en la calle, en un clamor dirigido a su líder, a Pedro Sánchez.

Y es que la decisión del jefe del Ejecutivo de tomarse un tiempo, hasta el lunes, 29 de abril, para "reflexionar" si continúa en la Moncloa, si le merece la pena seguir al frente del Gobierno pese al "fango" de la derecha y la ultraderecha, ha cambiado todos los planes entre los suyos. Y uno de ellos era ese, la sanción de la plancha a las europeas, encabezada por la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera.

Este viernes estaba programada, a las cinco de la tarde, la reunión de la comisión federal de listas. Un encuentro de la cúpula con los territorios para aprobar la candidatura a las elecciones del 9 de junio, que mañana tenía que ratificar el máximo órgano. Pero este viernes, a las 9.30, Ferraz comunicó que la reunión de la comisión de listas se aplaza al martes, 30 de abril, un día después de la comparecencia del presidente. Justo al límite, porque los partidos han de registrar sus respectivas candidaturas a los comicios del 9-J entre el 1 y el 6 de mayo. Lo que hará el comité federal de mañana sábado es delegar en la comisión de listas la competencia de ratificación definitiva de la candidatura.

Ribera no obstante saldrá proclamada por el comité como número uno el 9-J, y de hecho tomará la palabra. Todas las intervenciones se darán en abierto y habrá pantallas en la calle

No obstante, según precisan desde el cuartel general, Ribera saldrá proclamada número uno para las europeas por el comité y, de hecho, intervendrá este sábado. Es decir, que no habrá ningún tipo de cambio ni mudanza respecto a lo ya comunicado el miércoles: que será ella la mujer que representará a los socialistas en los terceros comicios de esta superprimavera electoral.

El objetivo de la dirección es que todos los esfuerzos del partido se vuelquen en ofrecer una imagen de unidad y apoyo al líder. Sánchez no acudirá al comité federal —una imagen ya de suyo inédita, porque siempre la reunión del máximo escalón de poder está encabezada por el jefe del partido—, pero sí podrá comprobar el respaldo cerrado de los suyos. Es previsible que los barones y los miembros del comité intervengan para expresar ese aval a Sánchez y pedirle que se quede. Se escucharán incluso voces habitualmente críticas como la de Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, que ya ha confirmado su asistencia y que en estos días ha arropado al líder. Todas las intervenciones se darán en abierto, algo también inédito.

Pero fuera, en la calle, a las puertas de Ferraz, se celebrará una concentración de apoyo al secretario general convocada por los socialistas a través de las redes sociales. Será a las 11 horas, coincidiendo con el arranque del comité. Agrupaciones de distintos territorios han contratado autobuses para facilitar el desplazamiento a Madrid de sus militantes y simpatizantes. En la calle, las bases socialistas podrán seguir el desarrollo de la reunión del órgano en directo, porque estarán instaladas pantallas, montadas por la dirección.

El partido se ahorra así horas de tensiones internas por la confección de la candidatura para volcarse en el apoyo al líder

La decisión de aplazar la aprobación de la lista tiene otra ventaja de consumo interno: el partido se ahorra horas de tensiones internas en un momento de máxima incertidumbre y expectación, porque toda confección de cualquier candidatura supone tiras y aflojas con las federaciones, máxime cuando los puestos son muy contados y las perspectivas son peores que las que había en 2019, cuando el PSOE estaba montado en una ola ascendente. Ahora, la previsión es que los socialistas queden por debajo del PP y su representación en la Eurocámara decrezca algo. Ahora tiene 21 eurodiputados, y podría perder alguno, y eso que España gana puestos en la Cámara, de 59 a 61 parlamentarios. Así, la cuestión orgánica, la ordenación y aprobación de la lista se lleva a un momento más propicio, cuando Sánchez haya comunicado qué decisión toma: si sigue o se va.