Este miércoles el ex president Jordi Pujol protagonizó una de sus raras intervenciones públicas para anunciar su apoyo a la candidatura de Carles Puigdemont en las elecciones del 12M. Era el revulsivo ideado por Junts en el arranque de campaña, el aval del líder ya rehabilitado al proyecto que quiere recuperar el amplio espectro de votantes de Convergencia, muchos desencantados del largo procés independentistas.

Esquerra, por su parte, jugó a fondo la carta de la corrupción contra el socialista Salvador Illa. Ya lo había anunciado el lunes Oriol Junqueras al señalar que "la corrupción es nuestra línea roja" cuando le preguntaron sobre futuros pactos con el PSC. Los republicanos han visto en el 'caso Koldo' la vía para desgastar a Illa, líder en las encuestas. Se empleó fondo el lunes Gabriel Rufián en el Congreso, y volvió a hacerlo el miércoles Joan Queralt en el Senado. "Teníamos a Illa contra las cuerdas" aseguran desde el cuartel general de ERC, "pero nadie se enteró".

La carta de Pedro Sánchez anunciando que suspende su agenda para reflexionar si abandona la Moncloa ha dinamitado la campaña electoral catalana antes incluso de comenzar. Y con ella las estrategias de los partidos. También la del PSC, que contaba con la presencia casi constante del presidente en Cataluña las próximas dos semanas.

El PSC, sin Sánchez

Este jueves Sánchez debía ser la estrella del mitin de arranque de campaña en Sabadell junto a Illa y el domingo regresaba para compartir escenario con el candidato catalán en Santa Coloma de Gramanet. También el 2 de mayo, para protagonizar otro mitin en Sant Boi, y el día 4 en Montmeló. De momento, los dos primeros han saltado, y Salvador Illa convocaba este jueves a su ejecutiva en una reunión de urgencia previa al mitin de Sabadell para revisar estrategias y trasladar un mensaje de "resistencia" a sus cuadros.

"Ahora la resistencia la tenemos que practicar todos los que pensamos que hay una manera de hacer política como servicio público y rechazamos esta manera de política" apuntaba Illa en su primera reacción pública tras la amenaza de dimisión de Sánchez. En el PSC reconocen el impacto del anuncio de Sánchez, pero entre sus filas cunde la sensación de que el golpe sobre la mesa del president beneficia las expectativas del PSC.

"No nos va mal" apunta un veterano dirigente de Barcelona. "Salvador va bien, pero esto servirá para movilizar a los que teníamos despistados por culpa de la amnistía". Illa lo confirmaba en el mitin de arranque de campaña con un llamamiento "a la sociedad catalana y al conjunto de la sociedad española: vamos a levantar una resistencia colectiva para decir ‘no’ a la destrucción del adversario y ‘sí’ a la política entendida como un servicio público.

Bomba o farol

Desde Junts niegan incidencia al movimiento de Sánchez, aunque ha acaparado todos los focos en un día en que el que esperaban centrar la atención en la reaparición de Pujol en un acto con militantes de Junts en Martorell. Y en la presentación de la flamante flota de autocares que durante dos semanas trasladará militantes independentistas a Argelers (Francia) para asistir a los mítines de Puigdemont.

"Esperemos al lunes para saber si es una bomba o un farol" apuntan desde el partido de Puigdemont. En su mitin, el ex president no ahorraba puyas al socialista por su reacción ante las acusaciones contra su esposa.

"Sabemos mejor que ellos de qué va la justicia española, y la policía y la prensa patriótica" advertía Puigdemont desde Francia, donde centralizará toda la campaña de Junts. "Y como los conocemos salimos llorados de casa" le reprochaba a Sánchez, sin mencionarlo. "Nosotros sí que hemos resistido todas las calumnias, las deshumanizaciones; las hemos aguantado manteniendo la dignidad por el pueblo de Cataluña".

Como conocemos a la justicia, la policía y la prensa patriótica españolas salimos llorados de casa"

Pere Aragonès tampoco ha ahorrado reproches al presidente del Gobierno, al que desde Esquerra acusan de orquestar una maniobra para tapar el 'caso Koldo'. "Illa quiere que se hable de Sánchez y no de Koldo" aseguró Aragonés ante el medio millar de militantes congregados en el centro de Barcelona.

"Yo también estoy profundamente enamorado de mi esposa" añadía Aragonès en una referencia poco disimulada a los argumentos esgrimidos por Sánchez, "pero no abandono cuando la ultraderecha ataca.