El ex ministro de Sanidad Salvador Illa ha aparecido en la comisión de investigación del Congreso de los Diputados con un informe de 32 páginas en el que explica el proceso de compra y de adquisición de las mascarillas de su Departamento desde que se declaró la pandemia del Covid hasta que ésta, tres años después, se dio por oficialmente superada. Era, sin duda, una de las comparecencias estrella de la tarde, después de que por la mañana lo hiciera Koldo García, pero en la del Senado.

Y ha sido durante el interrogatorio de la portavoz de Sumar en la comisión y socia de Gobierno, Aína Vidal, ante la que ha vuelto a negar que un euro del Ministerio fuera a la empresa de la trama presuntamente corrupta, Soluciones de Gestión. Pero lo más llamativo ha sido cuando le ha preguntado respecto a si creía que era necesaria la comparecencia de la pareja de Isabel Díaz Ayuso, Alberto González Amador, ante esa misma comisión habida cuenta que medió en la venta de material a Sanidad.

En su respuesta, Illa ha señalado no tener ningún inconveniente, pero que eso dependía, en todo caso, de lo que decidieran los Grupos Parlamentarios. A continuación ha explicado que se firmaron cuatro contratos con la empresa FCS Select Products, -de la que fue mediador González Amador- "a un precio, por cierto, bastante inferior al de otras Comunidades autónomas y lo pueden comprobar con el informe del Tribunal de Cuentas". Además, pasó los análisis de solvencia, de precio y de producto. La única objeción es que llegó con cierto retraso, "pero tenía calidad para ser suministrado" y fue cuando pudo llegar material a España "en cantidades importantes".

En el 'cara a cara" con el portavoz del PP en este comisión, Elías Bendodo, el dirigente popular le ha acusado de "mentir" al negar cualquier vinculación con la empresa de la trama corrupta, Soluciones de gestión, argumentando que el sumario de la Audiencia Nacional apunta a una relación contractual que el candidato por el PSC a la presidencia de la Generalitat ha negado en todo momento.

El jefe de gabinete de Illa se reunió en dos ocasiones con Koldo, según ha admitido en el Senado

Sí ha admitido, en cambio, que vio al que fuera asesor y amigo de José Luis Ábalos en el Ministerio "y le indique cuál era el procedimiento y no se contrató nada. Muchas persona se dirigieron al Ministerio y a todo el mundo le reconducía a estos buzones y a estos técnicos. Y en un tiempo corto conseguimos traer material" a España. Pero Bendodo le recordó que una de las conversaciones que recoge ese sumario alude a Illa al afirmar que "nos acaban de decir que el ministro nos ha dado el ok, estamos in, estamos dentro" y su ya ex jefe de gabinete, Víctor Francos, ha reconocido en el Senado que Koldo García no estuvo sólo una vez en Sanidad sino dos, pero Illa insiste en que nadie de su gabinete decidió nada sobre la adquisición de material, que ha residenciado en los técnicos del Ministerio.

"No estuve ni in ni out. Autoricé los primeros contratos hasta que se delegaron esas competencias a otros responsables del ministerio. No autoricé ninguna compra de nada. Es falso", ha respondido el ministro para defender a continuación que "una cita en un sumario es muy distinto a estar inculpado". Fiel a su estilo, sin levantar la voz, en un intercambio dialéctico en el que Bendodo tampoco ha subido el tono, el ex ministro insistió una y otra vez en que "ni un solo euro salió de Sanidad" a la empresa de Víctor de Aldama.

Y dijo lamentar del vicesecretario popular "que haga afirmaciones de este tipo con tan poca base". Le ha acusado de "un estilo de hacer política que consistir en difundir medas verdades. Yo no voy a atacar al adversario ni lo voy a hacer ahora. No sé que noción de patriotismo tiene usted. Lo que dice usted es absolutamente falso", le ha espetado no sin dejar de afirmar, en un momento dado, que conocía datos vinculados a la Comunidad de Madrid que venían a demostrar que también adquirió material por encima de su precio, sin especificar más.

Rufián recuerda al ex ministro que está obligado a decir verdad en la comisión

Especialmente bronco ha sido el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, acaso porque estaba pensando más en la campaña electoral catalana que arranca este jueves por la noche. "Era muy complicado hacerlo casi todo tan mal", le ha espetado y ha llegado a recordarle el artículo 502.3 del Código Penal que recoge que: "El convocado ante una comisión parlamentaria de investigación faltare a la verdad en su testimonio, será castigado con la pena de prisión de seis meses a un año o multa de seis a doce meses". Y ha concluido: "esperaba mucho más. Cuando a un cargo público le timan, la culpa es del timador, cuando son dos veces le inhabilita y cuando son tres veces es que hay tomate" a la que Illa ha dicho que esperaba el tono de esa intervención.