El consumo de los hogares viene sosteniendo el crecimiento de la economía española durante los últimos trimestres. En un contexto de ralentización e incluso estancamiento de la actividad en multitud de países europeos, en España el gasto de los ciudadanos no solo ha ido a más, sino que ha compensado las caídas del sector exterior. La situación es sobre todo llamativa en un momento de todavía fuerte inflación, que tensiona la economía de los hogares junto con la subida de los tipos de interés, además de la incertidumbre generalizada. 

Sin embargo, hay un dato que durante los últimos trimestres ha pasado desapercibido en la mayoría de presentaciones de previsiones macroeconómicas: que el consumo per cápita no ha recuperado aún el nivel que tenía antes de la pandemia del coronavirus, aunque en su conjunto los hogares del país sí estén consumiendo más que entonces. 

¿Cómo encajar estas dos variables? La explicación está relacionada con el aumento de la población, tal y como ha destacado Funcas en su último informe de previsiones. En él, recalca que el consumo privado apenas supera en un 0,1% el nivel previo a la pandemia en términos reales. Y que el consumo real per cápita sigue siendo inferior al de 2019, en un 2%, debido al crecimiento de la población. “Si nos fijamos en el consumo real por hogar, el descenso con respecto a 2019 es incluso mayor, un 3,4%”, recoge el informe.

La conclusión más obvia a la que podrían conducir dichos datos es que los españoles han perdido poder adquisitivo durante la pandemia, y es este hecho el que les impide consumir tal y como lo hacían antes. Es normal pensar que la inflación y las débiles subidas salariales, junto con el encarecimiento de los tipos de interés y por tanto del crédito en general, han mermado la capacidad de gasto de la población. La conclusión de los economistas de la Fundación es que, en términos medios al menos, no ha sucedido así, sino que se ha destinado un mayor porcentaje de renta al ahorro que antes.

La renta de los hogares ha aumentado desde 2019

De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística, la renta bruta disponible ha aumentado un 18% desde antes de la pandemia. Eso es más de lo que han subido los precios y tiene que ver con el buen avance del empleo y las subidas salariales que se produjeron el ejercicio pasado, más la revalorización de las pensiones. Por tanto, en términos reales, la renta disponible en dicho periodo ha crecido un 4%, más que el crecimiento de la población. Per cápita, la renta disponible ha aumentado un 1,9%. 

“La caída del consumo real per cápita ha tenido lugar, por tanto, al tiempo que aumentaba la renta real per cápita. Esto implica que el ahorro per cápita ha aumentado, y también la tasa de ahorro, que en 2023 se situó en el 11,7% de la renta bruta disponible, frente al 8,2% en 2019”, explican en el centro de estudios. La incertidumbre económica invita al ahorro, y la pandemia podría haber llevado a los españoles a replantearse cuánto deben tener reservado para situaciones menos favorables que la actual, según apuntan estos datos.

Con todo, Funcas insiste en que hay que tener en cuenta que estos resultados son una suma de lo que ha sucedido en el conjunto de hogares españoles, pero recuerda que las medias son perversas, porque aglutinan lo sucedido en situaciones muy diferentes. Sus economistas entienden que se han producido dos situaciones: la de los hogares que han conseguido un empleo en este periodo y la de los más ricos, que han podido aumentar su gasto, y la de los que ya tenían empleo y los que tienen una hipoteca a tipo variable, que habrían reducido su consumo. 

El consumo per cápita, lejos de los niveles de 2007

También llama la atención que el consumo real per cápita se encuentre muy lejos de los niveles de 2007, cuando alcanzó su máximo histórico. Si en dicho ejercicio el consumo era un 14% superior al del año 2000, en 2023 es un 7% superior. Para entenderlo hay que tener en cuenta que en 2007 el nivel de endeudamiento de los hogares era, de media, del 134% de su renta disponible, por la facilidad para la concesión del crédito tan común en los años previos a la crisis financiera. Sin embargo, este año es del 76% de la renta disponible. "El elevado nivel de consumo registrado justo antes del inicio de la gran crisis económica era insostenible, y tuvo lugar a costa de profundos desequilibrios macroeconómicos", recuerdan los autores.

Pero por el momento los niveles de ahorro continúan por encima de la media histórica, y su desembolso conseguirá impulsar la economía durante este año. Los economistas de Funcas esperan, en este sentido, que el exceso de liquidez desaparezca durante este ejercicio, llevando la tasa de ahorro al 10,3%. En cambio, de cara a 2025 se espera que la inversión se comporte mejor que estos últimos años y que compense la desaceleración del consumo. La previsión de la fundación es que el PIB crezca un 1,8%, y que se acelere hasta el 2% en 2025.