Fin a la manga ancha para el gasto público derivado de la pandemia. El Parlamento Europeo ha aprobado este martes las nuevas reglas europeas de disciplina fiscal, que obligarán a los países a reducir sus niveles de deuda y déficit públicos, pero les dejan más margen para elegir el ritmo del ajuste e invertir en transición verde, digitalización o defensa.

La reforma del llamado Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que consta de tres textos legales, salió adelante con amplia mayoría por el apoyo del Partido Popular Europeo, Socialistas y Demócratas, liberales de Renew, y Conservadores y Reformistas, pero con la oposición de los Verdes y la Izquierda.

Tras el visto bueno del Parlamento, el último paso pendiente para que las reglas puedan entrar en vigor es que los Estados miembros también las aprueben formalmente, algo que prevén hacer el próximo lunes.

"Hemos trabajado mucho para corregir las reglas fiscales existentes, tan rígidas que con frecuencia no fueron aplicadas. Lo que hemos conseguido no es perfecto, es un buen compromiso", dijo el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, en un debate con la Eurocámara antes de la votación.

Las nuevas reglas mantendrán los límites a la deuda y el déficit público previstos en los Tratados, en el 60% y el 3% del PIB, respectivamente, pero darán más margen a los países para negociar sus sendas de ajuste con la Comisión Europea en planes a cuatro años que podrán ampliar a siete si adoptan reformas e inversiones.

Pero también incluyen objetivos comunes de recorte para garantizar que no se postergan los ajustes: los países que rebasen el límite de deuda deberán reducirla un punto porcentual cada año cuando supere el 90% del PIB y medio punto si no llega a esa cota; y aquellos con un déficit interior al 3% tendrán que seguir corrigiéndolo hasta el 1,5 % para tener un "colchón" al que poder recurrir en momentos de crisis.

Calendario

A falta de que los Estados miembros den pronto el visto bueno definitivo, el nuevo marco fiscal de la UE altera levemente el calendario porque los gobiernos ya no tendrán que enviar a la capital europea los planes de estabilidad y convergencia que antes remitían a Bruselas antes del 30 de abril.

El primer hito será la apertura de expedientes a aquellos países con déficit y deuda superior a los límites establecidos, un paso que Bruselas prevé dar después de las elecciones europeas del 9 de junio.

Durante el verano, las capitales mantendrán conversaciones técnicas con las autoridades comunitarias sobre la trayectoria fiscal de cada país y todo este proceso cristalizará en unos planes nacionales de estabilidad que tendrán que remitir a la capital europea para el 20 de septiembre.

Tras esto, cada Gobierno deberá remitir sus borradores presupuestarios para 2025 antes del 15 de octubre y la Comisión Europea verificará que éstos cumplen con la senda presupuestaria pactada entre ambas partes. 

Morosidad

El Parlamento también ha dado luz verde al nuevo reglamento europeo contra la morosidad. La Plataforma Multisectorial contra la Morosidad (PMcM) ha celebrado la aprobación que, según ellos, marca "el fin de los plazos abusivos".El presidente de la PMcM, Antoni Cañete, espera que “no se opongan para agilizar su puesta en marcha, y que el texto definitivo sea lo más cercano al planteado, para que puedan beneficiarse millones de autónomos y pymes en toda Europa, que son los que más sufren la lacra de la morosidad”.