Las pequeñas y medianas empresas están preocupadas. Insisten en que el absentismo continúa en máximos históricos, al mismo nivel que durante la pandemia del coronavirus. El problema, que califican de "grave", es amplio, multifactorial y no tiene que ver con que los trabajadores estén optando por quedarse en casa sin motivo justificado -por lo que es más correcto hablar de bajas laborales en lugar de absentismo-, pero las consecuencias son directas para las cuentas de las compañías, que temen que la prometida reducción de la jornada laboral empeore su situación. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, anunció hace unos días que esperaba cerrar un acuerdo al respecto antes del verano, lo que parece haber disparado las alarmas entre los empresarios.

Según la patronal Cepyme, alrededor de 1,5 millones de trabajadores no acuden al trabajo a diario, lo que provoca un coste anual total del entorno de los 135.000 millones de euros, de acuerdo con cálculos de la asociación de mutuas AMAT. Si se une el repunte de las bajas a las caídas de productividad -por debajo de los niveles de 2015-, los altos costes laborales -consecuencia de las subidas de las cotizaciones para sostener las pensiones- y las dificultades para cubrir las vacantes, argumentan, el combo es fatal.

"El papel de las mutuas hay que agilizarlo, ojalá esas mesas [de diálogo social] sean más productivas y ese acuerdo de negociación entre mutuas y comunidades autónomas se ponga en funcionamiento", ha pedido el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, en unas jornadas organizadas por la patronal. Las empresas son partidarias de otorgar a las mutuas un mayor papel en la atención sanitaria para agilizarla y así reducir estas ausencias al trabajo legalmente reconocidas.

Cuerva ha pedido al Gobierno actuar para atajar las cifras de absentismo puesto que empresas y sindicatos han constatado que la saturación de los servicios sanitarios ralentiza la gestión de las bajas. "En una década se ha multiplicado por dos el porcentaje de horas perdidas por bajas médicas", ha afirmado el director de la multinacional de recursos humanos Randstad Research, Valentín Bote. Según datos del INE, el 4% de los trabajadores faltó a su puesto trabajo año pasado, frente al 2% de entre 2007 y 2012. Con esta tasa, España, junto a Francia y Portugal, encabeza el ránking de absentismo laboral por incapacidad temporal entre los países de la UE, donde la media es del 2,5%, pese a que también se han registrado aumentos importantes.

Sindicatos y empresarios se encuentran actualmente negociando con el Ministerio de Seguridad Social cómo otorgar un mayor papel a las mutuas sin que la medida suponga un menoscabo de derechos de los trabajadores. Este periódico comprobó en un reciente reportaje que el envejecimiento de la población también juega un papel importante en el colapso de la Sanidad, puesto que la generación del baby boom, la más numerosa de la historia del país, se hace mayor y necesita más servicios. Pero la mesa se encuentra atascada y los agentes sociales no esperan llegar a un acuerdo antes del verano. Si las mutuas tramitasen las bajas por causas traumatológicas, como se está planteando aprobar, el ahorro para empresas y Seguridad Social sería de 2.600 millones de euros, según AMAT.

Los empresarios temen que la reducción de la jornada empeore el problema

La patronal de pymes teme que la reducción de la jornada laboral que la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, pretende cerrar antes de que empiece el verano empeore la situación. Para Cuerva, se trata de una "promesa cortoplacista y populista" impuesta desde el Gobierno y que no obedece "a la realidad", pero sobre todo espera que tenga en cuenta los datos de absentismo que las pequeñas y medianas empresas están poniendo sobre la mesa.

El planteamiento de Díaz, hay que recordar, pasa por reducir de una manera u otra la jornada laboral manteniendo el mismo salario para los trabajadores, lo que previsiblemente reduciría la productividad del empleado y por tanto incrementaría los costes laborales para las empresas. Pero por el momento no está nada claro qué dirección tomará la mesa de diálogo social, puesto que los empresarios no creen que esta decisión deba tomarse por decreto, sino a través de la negociación de los convenios colectivos. Al tiempo, la vicepresidenta insiste en que este año el país aprobará la jornada laboral semanal de 38,5 horas y de 37,5 horas semanales el próximo, y que así se recogerá en el Estatuto de los Trabajadores.

Reforma de los servicios públicos de empleo

El problema del absentismo está muy relacionado con el de las vacantes, puesto que empresas tienen que buscar cubrir un mayor número de puestos para reemplazar a los trabajadores de baja. Según el Barómetro de la pyme, de Cepyme, el 70% de las empresas españolas necesita contratar personal. Sin embargo, solo el 40% lo busca debido al coste que supone la dedicación al reclutamiento.

"Se torna crucial una revisión de las políticas activas de empleo que eleve la capacidad de los servicios públicos de empleo autonómicos para casar la oferta y la demanda de puestos de trabajo con éxito", han pedido también desde la patronal hermana de CEOE. Reformar las políticas activas de empleo es algo que vienen pidiendo diferentes organismos, inclusive el Banco de España, no tanto para cubrir las vacantes sino para reducir el altísimo paro que la economía española lleva arrastrando durante décadas, pero la solución no es sencilla y por el momento no hay financiación ni una reforma destinada a este fin.