La empresa Telus International y los sindicatos firmarán este lunes un expediente de regulación de empleo (ERE) que supondrá la salida de 2.059 trabajadores en la sede de la Torre Glòries de Barcelona. Se trata de la práctica totalidad de la plantilla que prestaba servicios de moderación de contenidos para las plataformas Facebook e Instagram, a través de un contrato con la multinacional tecnológica Meta.

La empresa ha alegado causas organizativas y productivas tras la decisión de Meta de prescindir de sus servicios. Solo una cincuentena de empleados, no vinculados a esa actividad concreta, permanecerán en sus puestos.

Indemnizaciones y calendario de salidas

El acuerdo, alcanzado en las oficinas del departamento de Trabajo de la Generalitat, prevé una indemnización de 33 días por año trabajado con un máximo de 24 mensualidades, lo que equivale a un despido improcedente. El coste total del ERE se estima en unos 22 millones de euros, según fuentes sindicales citadas por Efe.

Las salidas comenzarán el próximo 22 de mayo, aunque el proceso se extenderá hasta septiembre. Desde el pasado 3 de abril, los trabajadores afectados estaban en situación de permiso retribuido. El texto firmado contempla una bonificación adicional para quienes no hayan podido disfrutar de ese permiso durante este periodo.

El miércoles pasado se alcanzó un preacuerdo entre empresa y sindicatos, que fue sometido a votación entre el jueves y el viernes mediante un sistema telemático. Cerca del 96 % de los trabajadores respaldó el texto, que incluye también medidas de acompañamiento, como la creación de una bolsa de empleo. Los afectados por el ERE tendrán prioridad durante los dos años siguientes para cubrir posibles vacantes en la empresa.

Un modelo en transición

El cierre de esta actividad en Barcelona marca el final de una etapa en la externalización de la moderación digital en Europa. Aunque Meta no ha especificado cómo reorganizará este servicio, su decisión de cancelar el contrato con Telus forma parte de una revisión más amplia de su modelo de control de contenidos.

El caso ha reabierto el debate sobre las condiciones laborales en este sector. Los trabajadores afectados realizaban tareas sensibles: revisar vídeos, imágenes y mensajes denunciados por usuarios para detectar violencia, acoso, abusos o desinformación. Durante años, sus condiciones de trabajo han sido motivo de críticas, tanto por el impacto psicológico como por la precariedad del modelo de subcontratación.

Este ERE no solo cierra una etapa laboral en la Torre Glòries de Barcelona. Señala también el declive de un modelo de moderación de contenidos basado en la externalización masiva, sostenido por condiciones precarias y a menudo invisibles para el usuario final. Durante años, miles de personas han trabajado en la trastienda de las redes sociales, expuestas a contenidos traumáticos y con escaso reconocimiento institucional o mediático.

En un momento de creciente escrutinio sobre el papel de la inteligencia artificial en la moderación automática, este ajuste marca también una transición: del trabajo humano intensivo hacia soluciones automatizadas cuya eficacia y ética están aún por demostrar.