El patrullero de altura que Navantia está construyendo para Marruecos continúa "en fase de pruebas y siguiendo la planificación prevista", según explican desde el astillero a este periódico. De cumplirse los plazos, a mediados de 2026 el barco debería estar listo para entregarse, convirtiéndose en el primer buque de guerra que España construye para Rabat en más de 40 años.
Fuentes de la industria militar admiten que este contrato "llama la atención", teniendo en cuenta que Marruecos es considerado un "enemigo" de España, al menos de manera potencial. Desde Navantia deslizan que no les corresponde a ellos "valorar las relaciones entre estados", pero sí confirman que, a día de hoy, no hay conversaciones en marcha entre ambos países para firmar más acuerdos de construcción naval.
Lo que sabemos es que el patrullero, modelo Avante 1800, tiene aproximadamente 87 metros de eslora y 13 metros de manga, y una dotación de unos 60 tripulantes. Estará dedicado a la vigilancia de accesos, la lucha contra tráficos ilícitos, el control de la inmigración irregular y la protección de futuras plataformas de gas y petróleo en el Atlántico, entre ellas, las concesiones en el Sáhara Occidental que Marruecos ha otorgado a empresas israelíes. "Es un barco parecido a los BAM españoles, pero normalmente, por definición, suelen estar mejor armados", ilustra una de las fuentes.
Por ahora se desconoce el armamento elegido por Marruecos para montar en el buque, pero el Avante 1800 está diseñado para equipar un cañón principal de 75 o 57 milímetros y dos cañones secundarios de 25 o 30 milímetros, que pueden unirse a lanzadores de misiles para defensa de punto, antiaéreos y superficie-superficie. El importe del contrato firmado con Navantia no ha trascendido, pero se estima en unos 130 millones de euros (se sabe que el Banco Santander otorgó a Rabat un crédito de 95 millones para este buque). El acuerdo incluye apoyo técnico, logístico y formación en España de personal marroquí, y tiene un impacto laboral estimado en unos 1.100 empleos al año y cerca de un millón de horas de trabajo.
Con todo, las fuentes militares consultadas coinciden en su diagnóstico: España gana mucho más de lo que pierde. En primer lugar, desde una perspectiva industrial, nuestro país se asegura un contrato importante para Navantia, que contribuye a que sus trabajadores sigan ganando una experiencia que, en el futuro, podría utilizarse para construir buques para la Armada española. Y en segundo lugar porque, desde un punto de vista militar, les estamos construyendo un barco que "sabemos perfectamente cómo funciona".
"Todo lo que sea exportar es bueno. Si no lo hacemos nosotros, lo harán otros", explica un militar español ya retirado. "Además, así sabemos lo que tienen, sus capacidades y vulnerabilidades", añade. "Son todo ventajas", concuerda otro militar en activo. "El que diga lo contrario, por mucho que Marruecos sea un enemigo, no lo ha pensado demasiado. Hay que pararse a pensar en las implicaciones, y ser consciente de que si no lo hiciéramos nosotros, lo haría cualquier otro país con una mínima industria naval, porque no es un buque complicado de fabricar", apunta.
Como ejemplo, hablan de la Teniente Coronel Errahmani, una corbeta de clase Descubierta construida en los años 80 por España para Marruecos. Como recuerdan las fuentes, se trataba de un barco prácticamente gemelo de las corbetas españolas Vencedora, Cazadora o Infanta Cristina: "Si la queríamos buscar con un sonar pasivo, sabíamos exactamente cómo sonaba, porque sabíamos cómo sonaban las nuestras. Teníamos un montón de información".
Además, la Teniente Coronel Errahmani volvió en repetidas ocasiones a nuestro país a lo largo de los años para someterse a revisiones y mantenimiento. "Llegado el caso, si esto sucede con el nuevo buque podríamos cortarles de alguna manera esa cadena de suministro si quisiéramos. Hasta cierto punto, porque luego ellos buscarían alternativas, pero se lo podríamos poner difícil", afirma una fuente.
La Marina, el talón de Aquiles del Ejército marroquí
Con todo, es innegable que con este buque España está contribuyendo a que Marruecos gane poderío naval, a pesar de que a día de hoy la Marina real marroquí está lejos de las capacidades de la Armada española. "Aunque crezcan y tengan el material, tardarían décadas en llegar al nivel de adiestramiento de la OTAN. El problema es que ellos no lo vean así y quieran iniciar un conflicto. Por eso la disuasión es un elemento diferencial, porque cuanta más capacidad tengamos menos posibilidades habrá de derramamiento de sangre", sostiene una de las fuentes.
El plan militar de Marruecos es ambicioso. El país vecino, con el que España mantiene una relación siempre complicada y llena de altibajos, aspira a figurar entre las 25 mayores flotas por número de unidades. Su presupuesto de defensa en 2025 crece alrededor del 6 %, pero la Marina sigue siendo, según analistas locales, la rama más infrafinanciada frente a las divisiones de Tierra y Aire. "La Armada Real va a la zaga de las demás ramas del ejército marroquí, aérea y terrestre, en la estrategia de refuerzo de las capacidades de defensa", confirma el analista militar marroquí Nizar Derdabi.
Lo cierto es que la botadura el pasado mayo del Avante 1800 concitó enorme interés al otro lado del Estrecho. La prensa marroquí subrayó entonces que su entrega supondría un hito en la modernización de una fuerza naval que debe vigilar 3.500 kilómetros de costa -incluidas las aguas del Sáhara Occidental ocupado, en las proximidades de las Islas Canarias-, controlar alrededor de 1 millón de kilómetros cuadrados de ZEE -Zonas Económicas Exclusivas, las franjas marítimas que se extienden hasta 200 millas náuticas (aproximadamente 370 km) desde la costa de un país-, garantizar la seguridad y funcionamiento de 38 puertos y custodiar el flanco sur del estrecho de Gibraltar, por donde transitan más de 150.000 buques al año.
"Para un espacio marítimo que supera con creces el tamaño de su territorio nacional y que implica numerosos retos y amenazas, Marruecos cuenta con una Marina modesta", admite Abdelhamid Harifi, experto en seguridad marroquí. De hecho, el Avante 1800 llegará tras casi 15 años sin incorporar una unidad de combate nueva, y su valor está precisamente en cerrar la brecha de presencia marítima diaria —la que permite detectar, disuadir y documentar— mientras Rabat madura otras adquisiciones, como su primer submarino.
Navantia se acoge a la "confidencialidad" para evitar responder a la pregunta de si el contrato incluye una cláusula que prohíba a Marruecos utilizar contra España este patrullero en caso de conflicto. Pero no deberíamos contar con ello. "En todo caso, lo normal es que no cumplan lo que acuerdan, como ha hecho hasta ahora con la pesca, los fosfatos, las fronteras o la inmigración", advierte otra de las voces consultadas. "Lo que sí se puede o se debería controlar es el tema de los repuestos y el mantenimiento críticos", agrega.
Para Rabat, la compra es también un ejercicio de diplomacia industrial: vende la normalización de la relación con Madrid y diversifica proveedores (Estados Unidos, Francia, Países Bajos, España, Turquía e Israel).
La carrera armamentística con Argelia
Con las relaciones diplomáticas rotas desde 2021, Argelia y Marruecos libran una carrera armamentística en plena pugna por la hegemonía en el Magreb. Argelia (53 %) y Marruecos (34 %) son los grandes importadores de armamento en el norte de África en el período 2020–2024, según datos recientes del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), la principal institución internacional dedicada a examinar el gasto militar en el planeta.
En ese contexto, es esperable que la incorporación del patrullero español ayude a reducir la desventaja que la Marina marroquí presenta frente a las de España y Argelia. En las últimas décadas el Ejército marroquí ha añadido a su flota a la FREMM Mohammed VI, construida en Francia y considerada la fragata más grande de África junto a la egipcia Tahya Misr y la familia SIGMA holandesa. Sin embargo, su inventario de combate de primera línea sigue siendo reducido: solo cuatro fragatas pueden considerarse auténticos buques de guerra polivalentes.
Argelia redujo compras un 73 % respecto a 2015–19 —por ciclo de adquisiciones— pero mantiene ventaja cualitativa en submarinos y potencia de fuego naval; Rusia sigue siendo su proveedor principal (48 %), seguido de China (19 %) y Alemania (14 %).
Marruecos, por su parte, redujo importaciones un 26 % en relación con el período anterior, con Estados Unidos (64 %) como socio dominante, seguido de Francia (15 %) e Israel (11 %). En sus nuevas adquisiciones, destacan el empuje en drones armados y defensa antiaérea. En este contexto, un buque como el Avante 1800 no equilibra por sí solo la balanza en combate naval de alta intensidad, pero sí refuerza aquello que decide la seguridad cotidiana: permanencia en la mar, control de espacios, conocimiento del entorno (MDA) y respuesta temprana. Todo ello reduce riesgos de escalada y libera a las fragatas para misiones superiores.
"Marruecos está apostando por las corbetas y buques de medio tamaño. Pero no interoperan con casi nadie, ni tienen procedimientos estándar", resalta una de las fuentes que, pese a ello, aboga por no quitarles el ojo de encima: "No hay que tener ninguna duda de que la amenaza principal que tenemos viene de África en general, también con Argelia o Libia. Aunque Marruecos siempre es conflictivo, puede saltar una chispa y si eso sucede tenemos que estar ahí".
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