La nueva era de las relaciones entre España y Marruecos también ha comenzado a traducirse en nuevos negocios para empresas públicas españolas. Los astilleros de Navantia construyen desde hace algunas semanas un patrullero de altura para la Marina Real de Marruecos.

Fuentes de la compañía pública que preside Ricardo Domínguez han indicado a El Independiente que el barco que toma forma en el taller de San Fernando (Cádiz) es un patrullero Avante 1800, una embarcación de de 87 metros de eslora, 13 metros de manga y 2.020 toneladas.

Se trata de una nave perfecta para la vigilancia costera en un momento en el que, en virtud de los últimos acuerdos suscritos entre Madrid y Rabat, Marruecos tiene una papel cada vez más protagonista en la vigilancia y rescate en las zonas de salvamento limítrofes entre Canarias y el Sáhara Occidental, en una región SAR que era hasta ahora competencia de Salvamento Marítimo español.

Las ONGs y organizaciones de derechos humanos que vigilan la ruta canaria denuncian que Marruecos carece de recursos y personal para asumir tales labores. En junio su negligencia -la patrullera marroquí llegó 10 horas después de que España notificara el naufragio de una neumática- se cobró la vida de 36 migrantes a 163 kilómetros al sur de Gran Canaria. "Cada minuto cuenta para encontrar con vida a las más de trescientas personas que viajan en tres cayucos senegaleses, desaparecidos en el Atlántico. Son necesarios más medios de búsqueda y una mayor colaboración entre Mauritania, España y Marruecos", denunció este martes Helena Maleno, activista de la ONG Caminando Fronteras.

No hay más contratos con Rabat

Según Navantia, participada íntegramente por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), el avante 1800 es “una solución que garantiza largos periodos de despliegue en la mar, con unos costes de operación y ciclo de vida muy reducidos”. El diseño de sus sistemas tiene como propósito mantener la operabilidad, mantenibilidad y fiabilidad con una dotación reducida.

Está previsto que la nave sea entregada a las autoridades del país vecino a mediados de 2026. En la actualidad, subrayan fuentes de la compañía, no hay más contratos firmados con el régimen alauí. La construcción lleva aparejado también un paquete de apoyo técnico-logístico, con el suministro de piezas de repuesto, herramientas y documentación técnica así como servicios de formación técnica para el personal de la Marina Real Marroquí en territorio español.

Navantia se halla detrás también de la polémica construcción de cinco buques de guerra por 1.800 millones de euros. La botadura de la primera corbeta se produjo en julio de 2020 en San Fernando y la primera entrega en abril de 2022. El encargo llegó a peligrar tras la condena por los bombardeos de la coalición saudí que desde marzo de 2015 se cobraron decenas de miles de vidas en Yemen, la nación más pobre de la península Arábiuga.

Arabia Saudí, uno de los principales importadores

Según la campaña “Armas bajo Control”, que exige desde hace años la suspensión de los negocios armamentísticos con Riad, España fue en los dos últimos años el sexto exportador de armas a Arabia Saudí. A pesar de las críticas, Navantia redobló a principios de 2019 su apuesta con el nacimiento de SamiNavantia, una empresa participada a un 49 por ciento por la española y un 51 por ciento por la estatal saudí SAMI (Industrias Militares de Arabia Saudí, por sus siglas en inglés). Su principal función es ser subcontratista de Navantia para el Sistema de Combate de las Corvetas Avante y su mantenimiento.

Las ventas de la industria de defensa española a Marruecos superaron los 35 millones de euros en el primer semestre del año pasado, según datos de la Secretaría de Estado de Comercio. En el desglose del total, figuran cuatro licencias autorizadas por el Gobierno por valor de 30 millones de euros que estaban aún en ejecución y que se hallan en la categoría de aeronaves y vehículos aéreos no tripulados y 5,6 millones ya ejecutadas en concepto de municiones y dispositivos, bombas, torpedos, cohetes y misiles, entre otros.

España redujo sus exportaciones de armamento militar un 4,4 % en los últimos cinco años respecto al lustro anterior, según un informe difundido por el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI). Australia, con el 35%, fue el principal importador de armas españolas, seguida por Arabia Saudí (19%) y Bélgica (12%).