778 personas perdieron la vida cuando trataban de alcanzar la costa canaria. Es el balance negro de los primeros seis meses de 2023 en la ruta migratoria más mortífera en España. Un cómputo que supone la muerte de cinco personas al día a bordo de pateras, cayucos o lanchas neumáticas. Una persona cada cuatro horas y media.

Son datos del informe publicado este jueves por la ONG Caminando Fronteras que coincide con un mes de junio especialmente dramático por el incremento de las llegadas a Canarias. La cifra de muertos en todas las rutas migratorias a España durante el primer semestre del año se eleva hasta las 951 víctimas. “A consecuencia de la necropolítica se produjeron 49 tragedias, 2 más que en el mismo período del año 2022. A pesar de que las cifras de llegadas al Estado español bajan, la tasa de mortalidad aumenta en las fronteras”, advierte la organización.

En la Ruta de Alborán, las 2 tragedias documentadas en este período elevan a 21 las personas fallecidas. En cuanto a la ruta argelina, se tiene conocimiento de 8 tragedias que provocaron 102 víctimas. Por último, en el Estrecho, 11 tragedias dejaron 50 personas fallecidas. Entre las víctimas, figuran 112 mujeres y 49 niños.

El mes más trágico fue precisamente junio, con 332 víctimas

Del 1 de enero al 30 de junio, la estadística del Ministerio del Interior recoge que han llegado a España en patera, cayucos o lanchas neumáticas 12.192 personas, un 4,17 % menos que en 2022. De ellos, 4.865 corresponden al Estrecho de Gibraltar, el Mar de Alborán y Baleares (un 29,2 % más) y 7.213 a la Ruta Canaria (un 18,5 % menos).

El mes más trágico fue precisamente junio, con 332 víctimas; seguido por febrero, con 237; enero, con 138; y abril, con 130. “En total 19 embarcaciones desaparecieron con todas las personas a bordo, nadie ha sobrevivido para contarlo”, denuncia la ONG que avisa regularmente a las autoridades de las salidas de pateras tanto en el Atlántico como en el Mediterráneo.

El informe cifra en 49 las tragedias en pateras con destino a España: 28 en Canarias, once en el Estrecho, ocho en la Ruta Argelina y dos en el Mar de Alborán. Según los datos de la ONG, han muerto ciudadanos de 14 países: Argelia, Camerún, Costa de Marfil, Gambia, Guinea, Etiopía, Islas Comores, Mali, Marruecos, República Democrática del Congo, Senegal, Siria, Sri Lanka y Sudán.

Falta de medios o rescates con horas de retraso

Desde la organización alegan que el aumento de las víctimas mortales se debe a la falta de medios de búsqueda necesarios o al retraso con el que se ponen en marcha las operaciones de rescate, tras un mes de junio marcado por dos naufragios en mitad de las dudas sobre la gestión de España y Marruecos en las llamadas zonas solapadas de salvamento.

“Entre las causas que han provocado tragedias y víctimas en este período, se vuelve a constatar la omisión del deber de socorro, la demora en la activación de medios de búsqueda y rescate, la insuficiencia de los medios cuando estos son activados, las malas prácticas durante los rescates y la falta de coordinación entre los Estados español y marroquí, cuyas relaciones se rigen por intereses geopolíticos vinculados al control migratorio en lugar de por la defensa del derecho a la vida”, desliza la ONG.

España prima transferir la responsabilidad a Marruecos a la protección a la vida

“Las políticas de muerte llevan mucho tiempo instaladas en la frontera. Pero además detectamos un incremento de la impunidad frente al aumento de las tasas de mortalidad, que deja sin acceso a la reparación y a la justicia de las víctimas y sus familiares. Estas cifras forman parte de un proceso de reconstrucción de la memoria: las contamos para no olvidarlas, las elaboramos para sus familias y las comunidades, como una herramienta para seguir luchando porque las fronteras dejen de ser espacios de no derecho”, señala Helena Maleno, coordinadora de Caminando Fronteras.

"España prima transferir la responsabilidad a Marruecos a la protección a la vida. Los servicios de rescate españoles estaban más cerca, con más medios y, a pesar de haberse podido evitar las muertes, se retiraron para que Marruecos asumiera la coordinación", lamenta el informe, que habla directamente para esta tragedia de un caso de "omisión del deber de socorro".

A su juicio, no se asume siempre que una patera en mar abierto, generalmente sobrecargada de gente, es una embarcación insegura, expuesta a un grave riesgo después de que en uno de los naufragios, al que la patrullera marroquí llegó 10 horas después del aviso y a pesar de que España contaba con otro barco a una hora del lugar, Salvamento español alegó en el caso de la neumática que no sabía que sus ocupantes estuvieran en peligro. "Esto solo se aplica a personas migrantes, no siendo así cuando otros colectivos, como pescadores o personas en yates de recreo, están en riesgo", concluye.