Los inversores esperan con ansia el nuevo Plan Estratégico de Telefónica. La hoja de ruta de Marc Murtra al frente de la operadora de telecomunicaciones se presentará este martes 4 de noviembre en su Capital Markets Day, once meses después de ser promovido por el Gobierno como sucesor de José María Álvarez-Pallete. El expresidente de Indra, defensor de la consolidación del sector en Europa, enfrenta no pocos retos con la ambición de convertirse en uno de los mayores operadores del continente tras desprenderse progresivamente de sus negocios en Latinoamérica.
Durante estos meses se han ejecutado cambios en el consejo de administración de la cotizada. El más sonado, hace unas semanas, con la salida de Javier de Paz. El exjefe de las Juventudes Socialistas, hombre próximo al expresidente socialista del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, llevaba 18 años ocupando un sillón en el órgano de dirección. Ahora, tendrá otras responsabilidades dentro del grupo, como la de ser director adjunto de Murtra.
Al poco de llegar Murtra, fue nombrado consejero delegado Emilio Gayo y poco después se designó a Olayan M. Alwetaid y a Carlos Ocaña como consejeros dominicales, en representación del inversor Saudi Telecom Company (STC) y de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). A través de esta, el Estado controla su 10% en el capital de la operadora. Ocaña, además de economista, es amigo personal de Pedro Sánchez y coautor del libro de la tesis del jefe del Ejecutivo.
Pasado ese baile de sillas, una de las claves del nuevo Plan Estratégico podría estar en la reducción del dividendo para fortalecer la caja y reducir la deuda. Un extremo, adelantado por Bloomberg, que hizo caer un 2,4% la cotización de la operadora en la sesión de este viernes. La compañía destina al año cerca de 1.700 millones al pago del dividendo mediante de dos pagos por 0,30 euros por acción. Esto está por encima de la media de rentabilidad de sus competidores europeos y con esa maniobra trataría de alinear el parámetro con el resto. Con la medida conseguiría un ahorro de en torno a 850 millones en dos años.
Pero tocar la retribución al accionista tiene sus implicaciones. Sobre todo para uno de los principales del grupo, Criteria, que bebe de ese dinero para sufragar la obra social de la Fundación La Caixa. El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, eludió pronunciarse sobre el asunto preguntado en la presentación de resultados de la entidad este viernes.
La maniobra con el dividendo pretendería sanear las cuentas para poder afrontar en mejores condiciones futuras adquisiciones. Murtra ya avisó a los accionistas en abril que su intención es que la compañía sea protagonista del nuevo ciclo de fusiones, pero que comenzarían por los mercados locales. En España, la operadora rumana Digi es el cuarto operador y crece con fuerza (9,6 millones de clientes). Con la compra del grupo, Telefónica podría también entrar no solo en Rumanía, sino en Portugal, Bélgica e Italia.
La otra opción pasa por la absorción de Vodafone España, con la que se hizo el fondo Zegona en 2024. Con ese movimiento Telefónica superaría los 35 millones, contando banda ancha y segmento móvil y obtendría unos ingresos conjuntos de 14.500 millones anuales. Pero la operación enfrentaría no pocos problemas de Competencia que debería sortear. En operaciones anteriores, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), obligó al comprador a vender activos.
¿Ampliación de capital?
En todo caso, en el mercado también se especula con una posible ampliación de capital. Algo que, al igual que tocar el dividendo, tiene su efecto sobre unos accionistas que verían diluida su posición en el grupo. Para evitarlo, tendrían que hacer un desembolso millonario para mantener su nivel en el capital, con el correspondiente coste para ellos.
Esto sí podría afectar a la inversión financiera que mantiene BBVA en la compañía. El consejero delegado de la entidad, Onur Genç, descartó el jueves en rueda de prensa modificar su posición (5%). Pero en su último informe, BNP Paribas considera que Murtra debería acometer una ampliación de hasta 10.000 millones de euros para sanear el balance, lo que equivale a casi el 40% de su capitalización.
La deuda, no en vano, se mantiene en cotas bastante elevadas pese a la reducción acometida durante la 'era Pallete'. Telefónica es una de las 'telecos' con más pasivo entre sus homólogas europeas, lo que penaliza el nivel crediticio que le otorgan las agencias de calificación. A finales de junio la deuda estaba en 27.609 millones de euros.
El ajuste de plantilla
La otra gran pata del plan estratégico podría pasar por un ajuste laboral. Los sindicatos han exigido a la dirección un plan social. Y la compañía ha acordado ya con las grandes centrales que prime la "voluntariedad" en cualquier proceso de recorte de plantilla en todas las geografías y unidades de negocio.
Es decir, todo apunta a un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) antes de final de año que podría alcanzar a entre 4.000 y 7.000 trabajadores. Aunque una salida así de los trabajadores más veteranos del grupo eleva los costes laborales del ejercicio, también le serviría para rebajar la masa salarial a medio plazo y sanear el balance para las futuras operaciones.
Salida de Hispanoamérica
El giro europeo implica dejar atrás la expansión por Hispanoamérica iniciada en tiempos de Villalonga y Alierta. Este mismo jueves, la teleoperadora confirmó su última desinversión, con la venta de su filial en Ecuador (Otecel) por 329 millones de euros a Millicom Spain. Y, según adelantó el jueves El País, estaría ultimando su venta de su negocio en México a Beyond One, propietaria de la marca Virgin Mobile, por más de 500 millones.
Hasta ahora, Telefónica también se ha desprendido de Argentina, que vendió al grupo Clarín por 1.190 millones. Perú lo traspasó a la argentina Integra Tec International por 900.000 euros y Uruguay y Colombia a Millicom por 389 y 368 millones, respectivamente. Y la compañía prepara su salida de Chile, donde varias operadoras han presentado ofertas no vinculantes. Por su parte, la compañía anunció en febrero que invertiría 500 millones de dólares en Venezuela y es la única de la que de momento no se conocen planes de salida. El otro gran mercado donde permanece es Brasil, considerado un negocio estratégico.
La pata inmobiliaria
Si se trata de hacer caja, la teleoperadora también tiene la posibilidad de recurrir a su amplia cartera inmobiliaria. A falta de concreción del Plan Estratégico, se han barajado posibles operaciones para obtener cash. Entre otros activos, la empresa cuenta con la histórica sede de Gran Vía 28 donde se ubica la Fundación Telefónica. El primer rascacielos de España es una joya inmobiliaria que podría colocarse a cualquier gigante hotelero interesado en instalarse en la gran arteria madrileña. Su valoración es de unos 300 millones.
Además, la operadora también podría decantarse por la venta de su sede corporativa en el Distrito C de Las Tablas por hasta 900 millones. La compañía se instaló allí en 2008 y los planes pasarían por permanecer en ese mismo inmueble pero con un modelo de alquiler a largo plazo con un nuevo propietario. Para completar los ingresos, también podría poner en el mercado parte de sus centrales de cobre, ya en desuso tras la llegada de la fibra óptica.
La suerte está echada y el próximo martes Murtra tiene el reto de convencer al mercado de sus planes a futuro. Ese mismo martes también dará a conocer sus cuentas correspondientes al tercer trimestre. La reacción en bolsa no se hará esperar ante las propuestas que contenga la nueva hoja de ruta y los números que ofrezca. De momento, el balance bursátil del año es que no termina de despegar. El valor de las acciones de Telefónica apenas crece un 10% frente al 38% de media que suben las empresas del Ibex 35.
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