El foco del debate sobre las cuotas en autónomo está puesto en la cantidad que les tocará pagar. Sin embargo, las asociaciones y el Gobierno también están negociando modificaciones en las coberturas derivadas de dichos pagos. Entre las opciones que se barajan, existe la posibilidad de hacer obligatoria la cotización por contingencias profesionales, que en la actualidad es voluntaria. ¿Qué significaría esto para el autónomo? ¿En qué le afectaría? ¿Para qué le servirían las contingencias profesionales a este tipo de trabajador?

Se estima que más de 2,5 millones de autónomos están sin protección por accidente de trabajo. El dato, que facilita el portal Cuídate, pone de manifiesto la importancia que para este tipo de profesionales tiene cotizar por contingencias profesionales, es decir, por una cobertura que cubra a los autónomos en caso de accidente laboral. Actualmente, el coste de estar cubierto por accidentes o enfermedades laborales es variable y depende de la base por la que se cotice por un lado y un % en función del riesgo de siniestralidad.

Menores prestaciones

A pesar de que cotizar por contingencias profesionales es voluntario, no hacerlo, acarrea percibir una prestación menor, dado que los autónomos que cotizan por contingencias profesionales reciben una prestación mayor en caso de accidente o enfermedad laboral y empiezan a cobrarla antes. Si sólo se cotiza por contingencias comunes, se percibe el 60% de la base por la que se cotice, desde el día cuarto al vigésimo día de la baja y el 75% a partir del vigésimo primero. Mientras , si se cotiza también por contingencias profesionales, se percibiría el 75% de la base reguladora desde el día siguiente al de la baja.

Además, si no se cotiza por estas contingencias existe mayor reticencia a dejar de trabajar cuando se está enfermo. Un 47,1% de los autónomos declararon haber trabajado enfermos, según informan desde el portal.

Tampoco se suele guardar reposo cuando se tiene un problema de salud, por lo que sus enfermedades duran más. El 15,3% de los autónomos declara tener enfermedades o problemas de salud que le ha durado o va a durar más de 6 meses, mientras que los empleados sólo el 10,2%. Esto es debido sobre todo al agravamiento de enfermedades leves por las que el resto de trabajadores irían al médico.

Riesgo de cerrar el negocio

El estrés también influye. El temor a una enfermedad que paralice la actividad y por tanto la falta de ingresos genera un estrés ya de por sí alto en el colectivo de trabajadores por cuenta propia. Además, hay mayor desprotección ante accidentes graves. En los últimos 5 años, los autónomos han tenido más del doble de accidentes graves de promedio que los trabajadores por cuenta ajena. Estos accidentes son, a menudo, incapacitantes y tienen un altísimo coste personal y social añadidos.

E incluso hay autónomos que, al no cotizar por estas contingencias profesionales, pueden perder sus negocios. Hay enfermedades y accidentes que pueden dar al traste con un negocio y privar de ingresos vitales a una o varias familias si tiene otros trabajadores contratados. Otra cotización voluntaria, la de incapacidad, muerte y supervivencia (IMS) tampoco suele pagarse y por tanto las posibilidades de cierre del negocio aumentan.

Obligados a cotizar

A día de hoy, hay diversos tipos de trabajadores autónomos que están obligados a cotizar por contingencias profesionales . Por ejemplo, los autónomos dependientes que facturan más del 75% a la misma empresa, los socios de cooperativas de trabajo asociado dedicados a la venta ambulante que perciban ingresos directamente de los compradores, los que no sean socios de cooperativas de trabajo, los asociados pero que se dediquen a la venta ambulante en mercados tradicionales o mercadillos durante un máximo de tres días a la semana, los que realicen actividades con alto riesgo de siniestralidad, aunque en estos últimos, aún no se ha desarrollado la legislación, por lo tanto aún no alcanza realmente a ninguna actividad.

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